"Y entonces Cenicienta salió de la discoteca viendo que tocaba irse. Por el camino perdió la chancla que llevaba y el bolso, que se lo encontró la policía...". Es un fragmento de la versión de este cuento ideada por las mujeres que participan en la iniciativa Cenicientas 3.0 , un proyecto de comunicación destinado a fomentar el diálogo intergeneracional entre mujeres El fin es que "ellas mismas sean conscientes de los cambios que se han producido, fundamentalmente para las mujeres, en los últimos 50 años", cuenta el creador y productor de la iniciativa, Jose Ignacio Galán Ugartemendia.

La idea comenzó a rondar la cabeza de este joven cacereño licenciado en Antropología y en Comunicación Audiovisual cuando comenzó a plantearse la posibilidad de cambiar los cuentos de toda la vida para adaptarlos a la realidad actual, con el fin de que Cenicienta no tenga que esperar a que el príncipe, un hombre, la convierta en la dama que ya es. "Pensé que era un planteamiento equivocado, y que no teníamos que cambiar los cuentos, sino crear nuestras propias historias. ¿Cuál sería la historia de la hija de Cenicienta y el príncipe?", plantea Galán.

Con la idea en la cabeza encontró el lugar idóneo para promover ese diálogo transgeneracional, la típica barriada de Las 300; y a las protagonistas de la historia,16 mujeres de todas las edades que llevan casi dos meses participando en foros de discusión en la sede de la propia asociación de vecinos. En ellos aportan su perspectiva sobre la relación de la mujer con la salud, el trabajo, el deporte e incluso la sexualidad. "Me costó muchos paseos e ir puerta a puerta porque, sobre todo las mujeres mayores, no querían participar", recuerda. Ahora están encantadas.

"Yo no quería entrar porque a mi marido no le gustaba la idea", recuerda Filomena Holguín, de 67 años. De hecho a las primeras reuniones del proyecto no fue. "Pero me hacía mucha ilusión, así que le dije que le gustara o no, iba a venir", añade. Y fue. Y ahora su marido "no dice ni pío" y sus hijas están encantadas de que participe en el proyecto y en el documental que se creará contando, entre otras cosas, cómo es el día a día en su propia casa.

"Me gusta sentirme como me estoy sintiendo aquí. Y me dará pena que termine", dice. Afirma que "como niña de la guerra que soy , me tocó una vida dura". Por eso la vivencia se la toma como un premio. "Comencé a trabajar con 8 años y cuando me casé, por la mañana trabajaba y por la tarde arreglaba la casa. Ahora veo cómo ayudan mis yernos a mis hijas y me encanta, hacen de todo", señala.

Risas, llantos y debate

En el proyecto participan tres generaciones. Si Filomena Holguín representa a la primera, María del Mar Barra, su vecina, forma parte de la segunda. Tiene 36 años. "Ha sido una liberación. Hemos hablado, hemos reído, hemos llorado y hemos debatido", afirma entre risas, recordando el día que hablaron de sexualidad.

"Muchas mujeres mayores han contado historias que yo nunca habría consentido", dice sobre los momentos duros que también han compartido en estos dos meses de trabajo. "Y cuando me han seguido con la cámara para grabarme yendo al trabajo, la gente me miraba pensando ¿quién será esa mujer?. Pero me ha dado igual. Lo que me importa es que en mi casa están encantados y que a mí me hace ilusión", añade.

La tercera generación la representa Rocío Sevilla, de 19 años y sobrina de María del Mar Barra. Su novia también es una de las 16 Cenicientas. "Me ha sorprendido lo liberales que en realidad eran todas. Incluso las mujeres más mayores", reconoce. De estas últimas les separa un salt de más de medio siglo de historia en el que "jamás habría pensado que habían tenido una vida tan diferente a la mía". Por eso reconoce que lo que más le atrae del proyecto es que "pueda servir para que las mujeres que solo viven para su casa y su familia vean que hay otra cosa diferente, que se liberen y que no tengan miedo de abrirse al mundo". O como señala José Ignacio Galán, "que dejen de vivir como madres, esposas o abuelas, piensen en sí misma y se sientan importantes".

Por eso el proyecto, que dará lugar a un documental, no faltará ni el estreno, que está previsto para el próximo mes de diciembre, dentro del Festival de Cine Documental de Extremadura. Quizás ese día, Filomena y María del Mar se atrevan a calzar esos zapatos con tacón de aguja que tanto les gustan. Y colorín, colorado...