El antecedente a lo que sucede ahora en el centro residencial El Cuartillo puede encontrarse en un edificio propiedad de la Junta de Extremadura en Mérida. Allí, según indica la voluntaria de la protectora municipal, Laura Varaldi, llegó a haber una colonia de entre 50 y 100 gatos. En aquel momento también se contrató a una empresa para que desalojara a los animales del inmueble.