Pasas un día fuera de Cáceres y al volver te encuentras con algo nuevo. Es que somos muy emprendedores. Ahora, en un plis plás, han puesto toldos y difusores de agua para crear el centro comercial abierto en algunas calles céntricas. Se lo concedió la Junta, subvenciones incluidas, en marzo y en este poco tiempo casi lo han terminado. Un récord. Y lo bien que nos viene, porque el sol de noviembre pica mucho por aquí. Más que el del verano.

Pues al fin y al cabo, en verano casi todos los cacereños se van a Matalascañas y la Antilla y no vas a poner toldos para Franquete y Juanvic, que son quienes se quedan para guardar las esencias del Catovi. Además, dado que los paraguas están destinados a perderse o que te lo quiten o cambien por otro peor, podremos pasear sin mojarnos. Es que están en todo.

Pero como la gente es muy mal pensada no hace otra cosa que criticar a Aeca, la asociación de comerciantes encargada de instalarlo. Que si desidia, que si poco interés, que si encima que se lo pagan... Pues hazlo tú, listo. Ya verás cuando esté completo, con sus fuentecitas, su musiquita, sus coquillos gratis, que será allá para el mágico año del 2016, que es cuando se va a hacer todo en esta ciudad, a no ser que nos venga un temporal de viento y se lo lleve.