Los hogares cacereños que utilicen gas butano podrán elegir desde este mes entre dos distribuidores, Repsol o Cepsa, y entre dos tipos de bombonas, la naranja tradicional o la de acero inoxidable. La multinacional Cepsa comenzará esta semana a disputar a Repsol las 450.000 botellas de butano que, según los últimos datos oficiales, se consumen al año en Cáceres capital y cuatro pueblos de su entorno: Casar de Cáceres, Sierra de Fuentes, Malpartida de Cáceres y Arroyo de la Luz.

Cepsa utilizará un distribuidor oficial, una empresa de Ciudad Real denominada Rotruinversiones, para entrar en el mercado cacereño. Tendrá su oficina de atención al público en el número 20 de la calle Hernando de Soto y el almacén en Casar de Cáceres, en la zona conocida como la charca del Hambre. Venderá gas butano y propano envasado, como Repsol, con servicio de reparto a domicilio, instalación y revisión.

La empresa distribuidora, que ya opera en la Siberia Extremeña y Almadén, prevé una inversión inicial superior a los 540.000 euros (unos 90 millones de pesetas) en una primera fase, ya que el objetivo es ampliar el radio de distribución a otros puntos clave de la provincia, como Plasencia o Coria. Se crearán cinco puestos de trabajo directos.

EL MERCADO CACEREÑO La entrada de Cepsa rompe el monopolio que hasta ahora ejercía Repsol en la distribución de gas butano y propano en la provincia, gestionado en la capital por las empresas Nevasa y José Blázquez y Cía. El usuario cacereño tendrá libertad para elegir entre los dos distribuidores, aunque precisamente éste no sea el mejor momento para este sector.

La competencia del gas natural y otras energías de consumo doméstico han reducido algo más de un 10% su volumen de negocio en la capital y los pueblos del entorno, pasando de 500.000 botellas, en el 2003, a 450.000, el año pasado, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Energía. En usuarios, se calcula que alrededor de 40.000 viviendas utilizan aún esta fuente energética.

"El mercado no crece porque las nuevas barriadas y urbanizaciones ya instalan gas natural, pero esta energía no ha llegado todavía a los centros de las ciudades y a muchos pueblos, donde se sigue usando el butano, o el propano en industrias y en la hostelería", explica Manuel Trujillo, uno de los responsables de Rotruinversiones. "El butano desaparecerá algún día, pero eso no lo veremos nosotros", añade María Teresa Rodríguez, otra de las directivas.

De hecho, en la localidad pacense de Herrera del Duque, la empresa ha conseguido en dos años un 38% de cuota de mercado. "Se trata de repartir el negocio entre más operadores", concreta Trujillo. En este caso, entre Repsol y Cepsa. La zona donde opera este agente oficial de Cepsa, en el radio de Navalvillar de Pela y Cabeza del Buey, cuenta con 5.000 contratos de butano.

EL MISMO PRECIO De cara a los usuarios, esa irrupción de Cepsa en el panorama local no supondrá un ahorro real en la bombona, puesto que el precio está intervenido por el Estado y está fijado por él. Eso significa que la botella podrá cambiar de forma, pero costará lo mismo: 10,19 euros desde ayer.

El agente oficial de Cepsa en Cáceres pretende crear puntos de venta de las bombonas en supermercados, grandes superficies e incluso estancos, aunque al principio sólo estarán a la venta --además de pedidos telefónicos-- en las gasolineras de Cepsa, cinco en el entorno de Cáceres.

El cambio de contrato de Repsol a Cepsa será gratuito, según aseguraron los responsables de Rotruinversiones, se respetarán las revisiones de instalación hasta su vencimiento y se duplica la indemnización del seguro de responsabilidad civil, de 30.050 euros a 90.150 euros.