Segunda caravana de protesta en menos de una semana y todo porque en el comercio sienten que quienes deben decidir sobre la reapertura de sus negocios «no están escuchando». «Después de la caravana del martes pasado llegaron nuevas medidas, pero ninguna ha supuesto un alivio. Seguimos cerrados», recuerda Ana Rodrigo, presidenta de la asociación de comerciantes Astoria, una de las convocantes de la protesta este domingo en Cáceres, que congregó a cerca de 400 coches según la organización y 220 según la Subdelegación del Gobierno. En Plasencia la cita reunió a otros 150 vehículos y en ambos casos se desarrollaron sin incidentes. El comercio y la hostelería afrontan ya su tercera semana de cierre en ambos casos como medida extraordinaria para reducir la movilidad y los contagios de covid.

Decenas de coches, furgonetas, algunas motos e incluso carros con atracciones de feria se concentraron en el recinto ferial de Cáceres. La protesta estaba organizada por las asociaciones del comercio de Cáceres (AECA, Astoria, Gómez Becerra, Obispo Galarza, Plaza de los Maestros, Rodríguez Moñino) con el apoyo del Círculo Empresarial, pero a ella se sumaron también hosteleros y autónomos de otros sectores, unos como muestra de apoyo a los comerciantes y otros porque temen que el parón del comercio acabe por afectar también a sus negocios. «Yo estoy trabajando. Pero esto es una cadena y si el comercio y la hostelería no se mueven, al final yo no podré seguir haciendo obras. Todos estamos abocados a quedar cerrados si la pequeña empresa no genera dinero», dice David Gracia, que tiene una pequeña constructora.

Juan Pedro Sánchez lleva casi un año con la persiana a medio abrir en su bar de la barriada de Montesol. «No abrimos hasta junio y no hemos parado de tener restricciones desde entonces. Y ahora el cierre. Entendemos que la situación de la pandemia es mala, pero necesitamos una solución. No las ayudas, sino que nos permitan trabajar de algún modo», decía antes de que se iniciara la marcha. Algunos de los coches de los propietarios de bares, restaurantes o taperías llevaban carteles con esquelas en las que comunicaban la muerte de la hostelería.

Globos blancos

Los coches volvieron a lucir también los globos blancos que se han convertido en el símbolo de la reivindicación «pacífica» que el comercio pretende llevar a cabo en un recorrido que esta vez no solo ha incluido a las calles del centro de la ciudad, sino también a otras de zonas periféricas como Mejostilla. Durante todo el recorrido los conductores hicieron sonar las bocinas de sus vehículos para llamar la atención sobre los problemas que tienen.

El comercio pide un plan de desescalada. «En Cáceres la situación no es tan grave ahora. Solo pedimos abrir, poder tener actividad, aunque se mantenga el cierre perimetral o las apertura incluyan limitaciones de la actividad. Alguna opción de tener ingresos, porque los gastos no han desaparecido con el cierre», reitera Ana Rodrigo. También la presidenta de AECA, Francisca Campos insiste en reclamar cambios «en horario continuo, menos horas, con aforos más limitados o con medidas sanitarias complementarias. Pero que nos dejen trabajar», insiste.

«Entendemos la preocupación de los autónomos obligados a cerrar porque todos llevamos un año terrible. Yo tengo una academia, el aforo está reducido al 30%, pero pago los mismos impuestos, y además se han incrementado, No nos pueden obligar a trabajar menos y pagar lo mismo. No tenemos derecho a nada», decía Trinidad Galán desde su vehículo.

En Plasencia, por su parte, la caravana de vehículos desembocó en la plaza Mayor, donde los comerciantes dejaron colgadas bolsas vacías de sus establecimientos como símbolo de las ventas que estarían pudiendo llevar a cabo en estos días y como muestra de «la agonía que sufren el comercio y la hostelería». Las protestas se repetirán en los próximos días en otras localidades.