La muralla se respetó mucho hasta el siglo XVIII, luego se privatizó, se vendieron fragmentos y se regalaron torres». De este modo se manifestó el arqueólogo Enrique Cerrillo ayer sobre el elemento patrimonial en el que se basa su último estudio. El catedrático de la Universidad de Extremadura presentó ayer el libro ‘Des-construcción de la muralla de Cáceres’, un ejemplar en el que analiza su evolución histórica hasta los años 30. En la presentación estuvo acompañado por el concejal de Cultura, Laureano León, y el responsable de Canal de Isabel II que ha financiado el informe.

El investigador se mostró poco optimista sobre el futuro del bien patrimonial y aludió al periodo de la Ilustración y a su «ideal» de ciudades limpias para analizar el único periodo en el que se protegió la fortaleza que rodea alrededor de siete hectáreas de ciudad antigua. A partir de ahí, culpa al ayuntamiento de privatizar el espacio en 1751 porque no puede mantenerla y ahí el proceso de deterioro se vuelve «imparable». «La muralla está dejando de ser, se cae» durante los años. «Derribar murallas suponía hacer una ciudad sin trabas a la circulación», lamenta.

En ese sentido, añade que en los años 30, periodo hasta el que abarca el estudio, el ayuntamiento intentó poner remedio con un impuesto por «uso y disfrute» con unas «quinientas pesetas de la época», pero no consiguió «frenarlo». El estudioso, que se considera conservacionista, se opone a cualquier restauración que suponga una «cirugía violenta» hacia el patrimonio. Cerrillo hace estas declaraciones a propósito del anuncio de inversión para restaurar la muralla que contará con un presupuesto de un millón de euros. En ese sentido, aboga por una actuación no invasiva sobre los edificios que se encuentran adosados, porque si «se descubre que no hay nada en el lienzo que cubren las casas, habrá que inventarlo, y eso será peor», sostiene. León destacó del ejemplar que es «sabio» y un «gran proyecto» de investigación y apuntó que la conservación de la muralla genera «preocupación» entre el ayuntamiento.

Cerrillo ha trabajado en diferentes asentamientos urbanos y rurales de época romana en Extremadura y durante los últimos años se ha dedicado a conocer la arqueología en la región durante el siglo XVIII. En algunas ocasiones se ha apoyado en la obra de personajes locales como S.B Boxoyo o C. Constanzo y en otros como A.F Forner. A ese tratamiento que llama ‘Arqueología de papel’ corresponde el trabajo elaborado sobre la muralla de Cáceres, que cuenta con 388 páginas.