El obispo, Francisco Cerro, recordó en un comunicado con motivo de la celebración el domingo, 18, de la 95 Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado, que en la diócesis hay unos 4.000 extranjeros, la mitad de ellos en la ciudad, y que "muchos ya padecen los efectos de la crisis económica que tiene unas dimensiones y duración imprevisibles".

En el escrito titulado Era forastero y me alojásteis (Mt. 25,35) , monseñor alude a los diarios regionales que han informado de que en Extremadura el paro inmigrante se ha incrementado en un 68% durante los últimos 12 meses. "Ellos no cuentan con el apoyo de la familia ni con los ahorros de quienes llevan un largo periodo de bonanza, por eso están más desprotegidos en esta situación adversa", asegura.

El lema escogido para esta jornada es Ante la crisis, comunidades fraternas , y recuerda que "nuestro servicio comienza en los países de origen de los inmigrantes llevándoles o haciéndoles llevar ayudas más generosas, que remedien sus males endémicos de hambre, enfermedad, incultura o subdesarrollo hasta hacer innecesaria o poco atractiva la emigración o la aventura".