Al sur, oeste y norte del campamento militar de Santa Ana hay terrenos que, además de ser no urbanizables, están protegidos por sus valores ambientales, lo que dificulta la ampliación de la base militar, especialmente por el lado oeste y norte, donde está el cerro Romanos, que, al igual que la Montaña, tiene hasta cinco niveles de protección. Además, al norte de la base está la urbanización del Ceres Golf.

La mejor alternativa para ampliar la base es el este, al otro lado de la carretera de Mérida, donde el suelo es no urbanizable genérico, sin protección, y el sur, en dirección a la carretera de Medellín, donde empieza el suelo de protección especial La Dehesa. Al norte y oeste de la base militar está, además del cerro Romanos, los Llanos de Cáceres. En la Dehesa, Llanos y cerro el plan de urbanismo fija unas condiciones estrictas para hacer nuevas intervenciones.

El alcalde, José María Saponi, confirmó ayer que el consistorio está buscando terreno para la ampliación de la base, y apuntó que se ha encargado al equipo técnico de la revisión del plan de urbanismo que defina qué sitios son los más adecuados para que, al igual que el campamento, pasen a tener un uso militar. La base de Santa Ana es suelo no urbanizable de reserva militar.

Saponi aclaró que será la revisión la que dé soluciones, pero no especificó si la labor del consistorio es solamente la de localizar el suelo y calificarlo para un uso militar, o si además tiene que pagar el coste de la expropiación, ya que no precisó si en las inmediaciones del campamento hay terrenos que sean de propiedad municipal.

Cuando el pasado mes de mayo se dieron a conocer las primeras ideas de la revisión del plan, el gobierno local dejó claro que su principal apuesta para la expansión urbana de la ciudad, con viviendas e infraestructuras, era el oeste y, en menor medida, el norte. Al este del actual casco urbano está la sierra de la Mosca y al sur el recinto ferial y el campamento de Santa Ana.