«¡Que gusto da viajar cuando se va en el tren!». Eso cantaba El Consorcio en su ‘chacachá’. Paradójico si se habla del ferrocarril extremeño en pleno siglo XXI. Contrasta el descontento generalizado actual con la celebración que supuso para Cáceres su llegada, un hito que no fue fácil y que se consiguió en los despachos. Fue en 1852 cuando los diputados por Cáceres Carlos Godínez de Paz y Antonio Concha pidieron a las Cortes que la vía Madrid-Lisboa hiciera escala en Cáceres pero los pacenses se obstinaban en que la línea debía ser Madrid-Badajoz-Lisboa. Tras años de disputas, el descubrimiento de las minas de fosfatos en 1864 y la influencia de Segismundo Moret decantaron la balanza y finalmente el 8 de octubre de 1881 se inauguró en Cáceres la línea férrea. El acto contó con la presencia de Alfonso XII y de Luis I de Portugal y la ciudad lo celebró por todo lo alto con una corrida de toros y un almuerzo en diputación. Ahora diputación recupera en el vestíbulo de la sala Pintores 10 ese hito en una nueva edición de la serie ‘Hablan nuestros documentos’ que titula precisamente ‘El chacachá del tren’. La muestra exhibe los proyectos del arquitecto Eusebio Page o los grabados que la revista ‘La Ilustración Española’ para recordar a los cacereños que hubo tiempos mejores y pedir que los nuevos lo sean. Al menos para el tren.