Tras casi dos años recorriendo escenarios con la obra Sueña Casanova , la compañía valenciana Arden Producciones hace parada esta noche en Cáceres para poner en escena un espectáculo con el que el festival entra en su último fin de semana. Chema Cardeña --autor, director y actor-- reflexiona sobre su contenido.

--¿Qué supone estar en el Clásico de Cáceres?

--Es un lujo porque es la tercera vez que vamos al festival. Ya estuvimos con El idiota en Versalles y Ricardo III . Nos hace mucha ilusión porque es un festival entrañable, con unos espacios maravillosos como San Jorge con las cigüeñas aplaudiendo.

--¿Cómo es 'Sueña Casanova'?

--Es un sueño como bien dice el título. Es la historia de dos hombres encerrados en una celda que, para evadirse, utilizan los sueños como modo de evasión. Es una comedia tierna, divertida y, sobre todo, a la que hay que echar mucha imaginación y disfrutar del espectáculo.

--Ha sido el autor, director e uno de los intérpretes. ¿Qué ha querido imprimirle a este espectáculo?

--Coger el espíritu de un personaje maravilloso que fue Casanova, un visionario de su época. La gente se ha quedado con la parte frívola. Con su espíritu crítico, si hoy viviese, tendría muchas cosas que decir. He intentado, sobre todo, hacer un canto a la libertad, la que no nos pueden quitar nunca como el libre pensamiento del ser humano.

--Un montaje muy distinto a los de las anteriores ocasiones...

--Es muy diferente, técnicamente tiene más complicación y vamos a adaptarlo al marco que tenemos. Estamos muy bien arropados por el espacio de San Jorge y la obra transcurre en dos que son diferentes.

--Afortunadamente, que vuelvan es señal de que los festivales perviven...

--Me alegré mucho cuando supe que íbamos. Le tengo mucho cariño a este festival y siempre que hemos ido ha sido maravilloso, tanto la organización como el público. Me alegré mucho que no fuese de los que han caído porque, desgraciadamente, ha habido algunos que sí lo han hecho.

--¿Cómo quieren que salga el espectador de la función?

--Con una sonrisa. Es un espectáculo que enternece mucho. Es divertido. Habla de cómo en los peores momentos del ser humano uno puede evadirse. Esperamos que rían y que también descubran ese punto. Que se dejen impregnar por lo que les cuenten y que saquen la conclusión de que en nuestra cabeza, afortunadamente, está la última decisión de dejarnos arrastrar por la debacle o sobrevivir.