La planta superior del Embarcadero se convertirá en un chill-out, término acuñado a principios de la década de los 70 para describir un lugar al que acudir para refrescar nuestro estado de ánimo. Este emplazamiento describía un sitio tranquilo, alejado del ruido y con música calmada de sonidos sostenidos; la disposición consistía en hallar el máximo confort, ideal para conversaciones o como lugar de negocios.