Mientras avanza lentamente la investigación del doble crimen de Montesol, del que fue víctima el 21 de octubre el matrimonio formado por Juan Antonio Torrecilla y Mercedes García de las Heras, uno de los dos imputados hasta el momento por el mismo, el chófer y hombre de confianza de la pareja, Rafael S. G., tendrá que volver a la cárcel para cumplir una condena pendiente de un año por robo. Hoy debería hacerse efectivo su ingreso en prisión, según confirmaron fuentes judiciales que citan el auto judicial que ordena su internamiento.

Rafael S. G. sigue imputado en el doble asesinato, aunque fue puesto en libertad provisional el pasado 1 de diciembre ante la falta de pruebas suficientes que le incriminen. De hecho, él mantiene con rotundidad su inocencia. El jueves declaró brevemente a este diario que se encontraba "animado" y "bien dentro de lo que supone que te acusen de algo que no has hecho".

Su abogado, Crescencio Canelo, reiteró ayer que no hay "nada" de momento que incrimine a su cliente, por lo que insistió en que se trata de una "falsa imputación". Respecto a su inminente ingreso en prisión, el letrado aclaró que es una causa anterior y que no tiene ninguna relación con este caso.

Rafael S. G. fue condenado a un año de prisión por robos con intimidación cometidos en establecimientos públicos. Su historial delictivo, 5 detenciones por hechos similares, está relacionado con su adicción a las drogas. Actualmente sigue tratamiento con metadona para desintoxicarse.

LA ASISTENTA La otra imputada por el doble homicidio, la asistenta de la pareja, Angela A. da C., continúa en prisión preventiva desde que la jueza que instruye el caso encarceló a ambos el 27 de octubre. Se encuentra en el centro penitenciario de Badajoz, al que fue trasladada tras denunciar amenazas de otras dos presas de la cárcel cacereña.

En su caso, los indicios incriminatorios son más firmes, puesto que ella reconoció que se encontraba en el domicilio cuando mataron al matrimonio, vio los cadáveres, se hallaron prendas suyas manchadas de sangre y no avisó a la policía del suceso y silenció estas circunstancias incluso en su primera declaración policial. La asistenta, de nacionalidad brasileña, dijo que oyó discutir al chófer con las víctimas antes de hallar los cadáveres.

Juan Antonio Torrecilla, de 54 años, y Mercedes García, de 52, con tres hijos, fallecieron el 21 de octubre aunque los cuerpos sin vida, molidos a golpes y cuchilladas, no se encontraron hasta el día siguiente.