Agua sin olor y sin sabor. Es lo que se persigue con la actuación que lleva a cabo en la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) desde el pasado mes de marzo y que un año después quieren que esté en marcha. Casi no se recuerda, porque las lluvias de este año han mejorado el nivel del Guadiloba y con ello ha mejorado la calidad del agua. Pero la sequía planteó hace un año, no solo problemas de abastecimiento, sino también acerca de la calidad con la que ese agua llegaba a la ciudad. Y eso que ya se había acometido la primera de las dos fases en las que se planteó llevar a cabo esta intervención, a raíz de un informe municipal planteando medidas para eliminar el olor y sabor del agua potable en Cáceres.

El fin de ambas es modificar el tratamiento del agua para mejorar su efectividad: sustituir el empleo de cloro por ozono y el uso de un filtro de carbón, que permita eliminar más restos de materia orgánica depositados en el agua y causantes del olor y el sabor.

La primera fase concluyó en diciembre del 2008 e introdujo la ozonización (tratamiento con ozono en lugar de cloro) en el inicio del tratamiento para potabilizar el agua. La segunda es la que ahora acomete la empresa Isolux-Corsán, costeada por la Confederación Hidrográfica del Tajo, con fondos de un real decreto de medidas urgentes aprobado el pasado mes de diciembre para hacer frente a los efectos de la sequía, que aún en ese momento era grave. A pesar de que pocos días déspués se iniciaron las copiosas lluvias del pasado invierno, las actuaciones previstas a través de ese real decreto se mantuvieron.

SEGUNDA FASE La obra en sí supone habilitar las infraestructura necesaria en la actual Estación de Tratamiento de Agua Potable, para poner en marcha el nuevo tratamiento, igual que se hizo en 2008. Eso incluye la construcción de un depósito de regulación de agua y de la cámara de postozonización --una de las novedades de esta fase--, y como consecuencia la instalación, puesta en marcha y explotación de otro equipo de generación de ozono (ya hay uno).

Además se tienen que instalar los filtros de carbón que se ocuparán de eliminar los subproductos resultantes de la fase de ozonización intermedia y colocar las bombas que se ocuparán del lavado de los filtros de carbón activo (que completan el proceso de potabilización del agua). Además hay que construir un edificio de control nuevo y urbanizar las zonas afectadas por las obras.

Una vez que se ponga en marcha esta fase, se sustituirán por completo los dos procesos de cloración que se llevan a cabo con el agua que llega del Guadiloba, antes de que pase a la red de abastecimiento. Entonces se someterá ese agua a dos procesos de ozonización, uno al comienzo del tratamiento y otro al terminar, y se pasará por un filtro de carbono activo.

La actuación se inició el pasado mes de marzo y la finalización de las mismas está prevista para marzo del 2011. Es la fecha que la CHT ha barajado desde que se iniciaron las obras, a pesar de que el ayuntamiento confiaba en que se acabaran antes del mes de diciembre.

El coste estimado de esta obra es de 3,6 millones, cinco veces más que el coste de la primera fase, 625.882 euros, con cargo al presupuesto municipal.