Un desayuno ‘catovi’, de Cáceres de toda la vida, siempre ha sido comer churros. O en las tardes de frío, de esas de peli y manta, esta ciudad por lo general elige churros con chocolate. Una costumbre española y muy cacereña. Lo cierto es que desde 1985, «que habría unas cinco churrerías», el sector se ha cuadriplicado. Tanto que ahora se mantiene abierta una veintena de locales que trabajan en ello. Así lo indica María Jesús Quintero, gerente de la churrería Olqui, que lleva 34 años en la empresa familiar. Además, según datos recogidos por la Cámara de Comercio e Industria de Cáceres, los establecimientos que se dedican a la industria de elaboración de masas sumaban quince a 1 de enero de 2018.

La mayoría de testimonios de algunos profesionales del sector, que ha recogido este diario, coinciden en que es un desayuno típico en esta ciudad. Muchos de los churreros han apostado por innovar y renovarse. Otros tantos continúan por la vía tradicional igual de exitosos. Y es que los churros nunca se irán de Cáceres.