Le encanta el cajón flamenco, vive en Brooklyn y esta noche se estrena en el escenario cacereño de la sala La Bola. Cindy Blackman (Ohio, 1959) transmite energía desde su hotel en Valladolid, donde descansaba ayer antes de viajar hoy a Cáceres. Amante del funk, el jazz y el rock, ha recorrido medio mundo como batería del archiconocido Lenny Kravitz y hoy promete un concierto para no olvidar a las 22 horas. A esta morena le extraña que le pregunten por qué el oficio de batería es una cosa de hombres en Europa. "Tradicionalmente ha sido así, pero creo que es ridículo porque lo importante es hacerlo bien", afirma la percusionista, toda la vida pegada a los palillos.

De gira con otros tres músicos, entre ellos Verno Reid, guitarra de Living Color, a Blackman le hace feliz subirse al escenario y afirma que lo mejor para ser una gran experto "es aprender a tocar con toda clase de músicos para poder entenderles. Es la mejor forma de demostrarles tu fuerza.". Su amplia discografía como escudera de otros profesionales así lo demuestra. "El lenguaje de la batería es universal", afirma. Para esta noche ha preparado un espectáculo, pura improvisación de batería y guitarras. Cindy Blackman, ese ciclón que llega.