El nuevo plan de urbanismo aprobado en 2007 con el PP en el gobierno local tenía 54.595 pisos en suelo urbanizable (terreno por donde crecerá la ciudad). Ese es el dato que se ha usado como principal referencia sobre el potencial residencial del plan. También se planificaban 1.733 viviendas para segunda residencia (baja densidad) en terreno urbanizable junto a la estación de Arroyo y 188 para Valdesalor. A lo anterior se suma el potencial de viviendas en suelo urbano (en la ciudad o en su borde inmediato) cuantificado en metros cuadrados edificables, con más de 350.000, lo que trasladado a viviendas da unas 3.000.

El nuevo plan que surge del pacto PSOE, IU y FC y que, en un principio, será el que al final se apruebe se queda con 27.250 viviendas en nuevos suelos urbanizables, cifra de referencia sobre su potencial, un recorte de 27.350 sobre el plan del PP, que se corrige a la baja tras las observaciones de la Junta, administración que supervisa las decisiones en urbanismo. Para segunda residencia son 752, con un recorte de 981, además se cambia el sitio: de la estación de Arroyo a la carretera de Trujillo, y en Valdesalor se mantienen 200. A todo lo anterior, para saber el total de la capacidad residencial del nuevo plan, habrá que sumar las que finalmente puedan hacerse en suelo urbano.

El desarrollo de los 27.250 pisos tiene un orden de prioridad y será esencial conocer cómo se hará respetar para evitar, precisamente, un crecimiento deslavazado de la ciudad. Tantos pisos no supone que se vayan a ejecutar. Ante todo, lo que hace el plan es reservar suelo y clasificarlo para uso residencial y otras utilidades (dotaciones públicas, zonas vedes, sociales, comerciales...). En cuanto al plazo para su desarrollo, en el plan que aprobó el PP no se marcaba un tiempo máximo, mientras que el corregido es para 15 años. El plan actual, por ejemplo, durará 11 años y ha desarrollado (no quiere decir que estén todas construidas) unas 15.000 viviendas.