Si alguien sabe de retos es ella. Estrella Paulete Zambrano vive de cima en cima. Hace unos años la vida le puso una inesperada en el camino, un cáncer de mama al que hizo frente, y ahora pretende sumar otra: coronar la cumbre del décimo volcán más alto del mundo.

Tras superar una criba entre 282 aspirantes de una decena de países, la joven de 38 años de Alconera será la primera extremeña en formar parte de la expedición del reto ‘Pelayo Vida’, una iniciativa ideada por el periodista Eric Frattini en la que mujeres supervivientes de cáncer se enfrentan a retos extremos. La primera edición subió al Kilimanjaro, la segunda cruzó el Atlántico y el Ártico en la tercera y al Annapurna escaló en la cuarta. En esta quinta, la extremeña viajará junto a otras cinco mujeres a Los Andes para recorrer en bici el Salar de Uyuni, el desierto de sal más grande del mundo --equivalente en extensión al principado de Asturias-- y escalar el Nevado Sajama, el punto más alto de Bolivia con una altitud de 6.542 metros.

Aún faltan unos días para que comience la expedición --arranca el 16 de septiembre y termina al 13 de octubre-- pero Estrella Paulete ya lleva meses de entrenamiento. Precisamente esta semana viajó a Cáceres para someterse a un reconocimiento médico en la clínica Quirón, uno de los patrocinadores del reto. Tiene que estar en plena forma. La salud es imprescindible porque en Los Andes se enfrentará a temperaturas extremas de frío y a unas condiciones desfavorables de clima. En una pausa de las pruebas y en declaraciones a este rotativo, reconoce estar «nerviosa» e «impaciente» ante lo que considera la «experiencia de su vida». Confiesa que ser una de las seleccionadas en el reto supone para ella «una ilusión» aunque es consciente de la «responsabilidad» que suponer representar a todas las mujeres que atraviesan en estos momentos la misma situación que vivió ella hace unos años. «Lo haré por todas las que han pasado o pasan un cáncer, quiero enviarles un mensaje de fuerza», pone de manifiesto.

Abanderada extremeña

Manifiesta también su orgullo por ser abanderada de su tierra. Aunque no resida en Extremadura, es Policía Nacional y está destinada en Madrid, hace hincapié en su vínculo con la región y con su localidad de nacimiento. «Siempre voy cuando puedo, mi pueblo es mi pueblo», sostiene. De hecho, esta misma semana ha vuelto a casa para ser recibida en Mérida por la consejera de Igualdad y portavoz de la Junta de Extremadura, Isabel Gil Rosiña, que le hizo entrega de una bandera de la región «como muestra del cariño, la solidaridad y el acompañamiento de sus paisanos y paisanas».

En el acto estuvo acompañada por sus familiares y por el ideólogo del reto, Eric Frattini. Gil Rosiña destacó «la fortuna» de contar con una «valiente joven extremeña» y trasladó «el abrazo de la Junta de Extremadura» y su apoyo para que pueda coronar la cima. También tuvo palabras la consejera para aplaudir la iniciativa de Frattini por mostrar «un mensaje de esperanza, fortaleza y superación para tantas mujeres que luchan por vivir y que superan el cáncer, y que pueden enfrentarse a retos extraordinarios como éste». Aparte de la recepción por parte de las instituciones, Paulete y sus compañeras han recibido el aplauso de varios colectivos, entre ellos los jugadores de la selección española, que les han diseñado un logo para que les acompañe durante la expedición.

Estrella se emociona cuando recuerda el aluvión de mensajes, felicitaciones y gestos de cariño que ha recibido en los últimos meses. Agradece siempre el apoyo incondicional de su «familia» y de «sus amigos». «Estoy muy feliz», sostiene. En estas últimas horas se dedicará a devolver las muestras de afecto. Ya solo puede entrenar en gimnasio para evitar las lesiones y mantenerse concentrada. Apenas podrá permanecer cuatro minutos en la cima del Nevado por riesgo de congelación así que con «seriedad» manifiesta que va a poner todo de su parte para llegar a la cumbre.

Tiene claro que va a conseguirlo y si algo caracteriza a Estrella es que siempre mira hacia adelante. Es lo que lleva haciendo durante estos años, es lo que hizo con su enfermedad y es lo que hará ahora en Los Andes. Así, asegura, cuando alguien le pregunte podrá decir que superó un cáncer, que atravesó un desierto y que subió un volcán. Menuda lección de vida.