Es el centro neurálgico de la Diócesis Coria-Cáceres. El Palacio Episcopal es el hogar del obispo, Francisco Cerro, y también el lugar de trabajo de muchas personas que hacen posible que las actividades y acciones sociales que promueve la iglesia puedan salir adelante.

La diócesis es una porción del pueblo de Dios, cuyo cuidado pastoral se encomienda al obispo como sucesor de los apóstoles. La curia diocesana, vulgarmente conocida como el obispado de Coria-Cáceres, está formada por todos los organismos que sirven al obispo en su tarea como pastor diocesano.

A su vez, la Iglesia tiene una triple misión: evangelizar y transmitir la fe, el compromiso social y caritativo en el mundo y, por último, la celebración de la liturgia (sacramentos y otras celebraciones), como expresión de la fe que sus miembros viven en comunidad.

Para cumplir con estos objetivos, a nivel de toda la diócesis, existen Vicarías y Delegaciones Episcopales que ayudan a agilizar el trabajo y a ofrecer un mejor servicio; servicio que en algunos casos realizan sacerdotes, religiosos o laicos voluntarios, pero que en otros lo desempeñan trabajadores contratados, ya que en ciertas tareas hace falta profesionalidad y dedicación. En ese aspecto, la organización puede resultar, en algunas cuestiones, similar a la que siguen otras instituciones civiles.