yendo a su vez más actividad, más movimiento de pasajeros y mercancías, está comprobado", explicó Juan Ramón Civantos.

Este nodo intercambiador permitiría a su vez crear una plataforma logística de desarrollo industrial, terciario comercial, de almacenaje y servicios, como ampliación de Las Capellanías, sobre la extensa reserva de suelo que para tales usos clasifica el Plan General Municipal de urbanismo. "Sería incluso viable un parque tecnológico", precisó Civantos, recordando además la proximidad del mayor polígono cacereño, que prevé expandirse.

Pero además de los beneficios que esta ubicación generaría, se trata de la única zona del entorno cacereño no calificada como Zona Especial de Protección de Aves, "con aptitud aeronáutica, meteorología favorable con abundancia de días benignos y 3.000 horas de sol al año, buena orografía, posibilidad de crear una pista ajustada a los vientos predominantes sur-suroeste y junto a un corredor aéreo internacional. Cumpliría las exigencias de Aviación Civil", detalló Civantos.

NECESIDAD MUTUA Y si el aeropuerto "necesita" la ubicación que ofrece Cáceres para ser viable, esta ciudad "necesita a la vez" el aeropuerto para encarar el futuro: "Según los datos disponibles, las pernoctaciones turísticas se han reducido un 6,5% en el último año. No tenemos industria y por tanto precisamos esta infraestructura con la actividad que puede generar la fusión de transportes", agregó Civantos.

Por todo ello, los miembros de la fundación afirman que no están dispuestos "a que se relegue de nuevo a la ciudad. No aceptaremos que no se cumpla la palabra de Ibarra, no nos cruzaremos de brazos si el aeropuerto se ubica a distancia de Cáceres, porque no sería justo con los datos en la mano. No se trata de hacer presión, se trata de que se cumpla lo prometido". Temen, además, que cualquier otra ubicación "pudiera dejar descolgada de nuevo a Plasencia y al norte cacereño, mientras que Cáceres sería equidistante".

Por último, la fundación sostiene que no son los promotores privados de un aeropuerto los que eligen su situación, sino las instituciones, "y si ellos tuvieran que hacerlo lo pondrían en Cáceres por razones geográficas y económicas", concluyeron.