En un momento en el que la crisis del coronavirus vuelve a marcar las fronteras entre países, Periferias festival resiste el pulso. La cita de cine que se celebra cada año en la Raya sobrevive a la oleada de cancelaciones con un formato renovado y compacto. Con seis días de programa, cerró este miércoles su última edición, la octava, con la ya tradicional gala de clausura y la proyección del documental ‘Las meninas’ en el patio del Museo Vostell de Malpartida de Cáceres. Detrás dejan este año sesiones en localidades entre la provincia cacereña y Portugal, todas al aire libre, y novedades como el pase con autocine de Carbajo y la programación online en plataformas como Filmin. Marvao abrió el programa con la laureada ‘O que arde’ de Oliver Laxe en una edición marcada por el uso de gel hidroalcohólico y mascarilla obligatoria y una distancia de seguridad de 1,5 metros entre butacas, una norma que se ha mantenido en todas las sesiones. Aunque prácticamente la totalidad de la programación se ha desarrollado con normalidad la situación sí obligó a suspender el pase previsto en Zarza La Mayor. No obstante y a pesar del contratiempo, la organización hace balance y aplaude la respuesta del público, mayor de la que esperaban debido a la crisis sanitaria. Según anota a este diario, Carlos Baptista, programador de la cita, manifiesta que se encuentran en un equilibrio entre «afectados» y «satisfechos». «No sabíamos muy bien como iba a evolucionar la situación y queríamos mantener nuestro compromiso, así que optamos por un modelo más compacto», pone de relieve. En esa línea se expresa Paula Duque, su directora incide en la «excepcionalidad» que ha supuesto poner en pie la edición. «Con todas las dificultades inherentes a la pandemia, hemos sido conscientes de que no iba a ser una edición fácil y si hemos reducido el formato para garantizar la seguridad de los que trabajan y el público», añade la directora mientras hace hincapié en la bandera de este año: «defender la cultura segura».