Tomás Pérez Hernández había nacido en la localidad cacereña de Ceclavín en 1870. A la edad de 14 años se traslada a la capital para buscarse la vida como dependiente de comercio. Entra a trabajar en una tienda de bisutería, llamada La Columna, situada en el Portal Llano de la Plaza Mayor, donde se inicia en una actividad que le habría de conducir al éxito en el mundo de los negocios. Con sus ahorros, adquiere en traspaso el local donde trabaja y se establece por cuenta propia. A continuación adquiere, en el mismo Portal Llano, lo que había sido la principal fábrica de chocolate de la ciudad, fundada a finales del siglo XVIII por Domingo Calbelo, un chocolatero venido de Santiago de Compostela. La antigua chocolatería se va a complementar con la venta de telas y una sombrerería. Más tarde abre una sastrería en la calle General Ezponda y posteriormente se hace con un local en la calle Pintores donde instala unos grandes almacenes para la venta de todo tipo de géneros.

Si hubo un emprendedor que tuvo visión de futuro con respecto a la urbanización del Ensanche cacereño, ese sería Tomás Pérez. Manifestó tener un olfato financiero notable, que reveló en sus inversiones en esa nueva zona urbana. En 1927 construye su propia casa en un solar adquirido al Conde de Adaneros, en las Afueras de San Anton, frente al Paseo de Cánovas, para ello, contrata al arquitecto municipal Ángel Pérez, que diseña uno de los edificios más modernos de la época. También, en el Ensanche, construye el cine Norba en 1934 y la Casa de los Picos en 1937.

El Cinema-Teatro Norba, se inaugura el 1 de febrero de 1934, en un solar que hacía esquina a la actual Avenida Virgen de la Montaña. Su puesta en marcha favoreció la difusión del cinematógrafo, en una ciudad escasa de salas para tal fin. Desde 1926 sólo se proyectaba cine en el Gran Teatro y en las barracas que cíclicamente se montaban en diferentes lugares de la ciudad. El Norba fue el cine más moderno de su tiempo, diseñado por Ángel Pérez, contaba con calefacción, cielo raso de corcho ignífugo, amplios pasillos, iluminación indirecta y 2000 butacas entre patio, anfiteatro y palcos, que lo convertían en el segundo de España en aforo. También incorpora el sistema Kalgfilm, un novedoso sistema de proyección de cine sonoro que tenía una calidad única, tanto con respecto a la imagen como al sonido de la sala.

Por las pantallas del Norba desfilaron los grandes éxitos cinematográficos de la época. Aunque también nació con vocación de teatro, serían pocas las obras representadas en su escenario. En aquellos tiempos era más rentable el cine sonoro, autentica novedad para los cacereños. El Norba También fue lugar de actos sociales y políticos, como los protagonizados por Calvo Sotelo en su mitin dado en Cáceres el 21 de enero de 1936, junto al abogado derechista Luis Pérez Córdoba y el político y escritor monárquico Honorio Maura, donde se defendió una España «en pie de guerra para defender a su ejercito». Otro de los mítines en las mismas elecciones de 1936 sería el protagonizado por José Antonio Primo de Rivera, el 11 de febrero, acompañado de los falangistas locales José Luna y Manuel Mateos. El líder fascista habló de patria, de separatismo y de la unidad de destino. El 31 de julio de 1967, el cine Norba daba su última función, atrás quedaban más de 30 años de servicio a la ciudad. Una vez derruido, en su solar se alzaría un gran inmueble que como evocación a su pasado se denominó edificio Norba.