José Manuel Martín Cisneros será casi con toda seguridad el nuevo presidente de la Unión de Cofradías Penitenciales de Cáceres. Finalizada la Cuaresma y la Semana Santa, un periodo en el que se han escuchado ciertos nombres de posibles aspirantes, finalmente la candidatura de Martín Cisneros será la única que se presente salvo alguna alternativa inesperada de última hora. Así lo prevén todas las cofradías consultadas ayer por este diario, que a partir de mayo tendrán nuevo responsable tras la marcha del actual presidente, Juan Narciso García Plata, quien ha estado cuatro años en el cargo (el mandato dura un lustro).

José Manuel Martín Cisneros, nacido en Cáceres hace 60 años, tiene una trayectoria muy amplia, fructífera y reconocida dentro de la Semana Santa, de ahí que no se esperen otros candidatos. Ingresó en la cofradía de los Ramos con sólo 5 años por inquietud propia y ha pasado por todos los cargos hasta ejercer oficialmente de mayordomo desde el año 2000. Historiador y escritor de libros sobre la cultura y la gastronomía de la tierra, también ha desarrollado una larga carrera docente que le llevó hace 37 años a dirigir la Escuela de Educación de Adultos de Cáceres, una de las más reconocidas del país, responsabilidad que ahora deja en su jubilación.

"He tenido todos los cargos que podía esperar en mi trayectoria laboral y en mi cofradía, ni necesito, ni quiero, ni espero más. Si me presento a las elecciones de la Unión es por mera voluntad de servir. Vengo a trabajar, como siempre he hecho", explicó ayer a este diario. Y es que José Manuel Martín Cisneros conoce la Pasión cacereña como pocos: de niño ayudaba sin descanso, de adulto no ha dudado en ponerse las túnicas de otras cofradías para cargar en tiempos menos afortunados para el movimiento cofrade, como directivo ha contribuido a sacar y engrandecer tres procesiones cada Semana Santa, y ahora se ofrece para uno de los cometidos más difíciles, al frente de las catorce cofradías penitenciales. "He luchado por la Pasión cacereña desde donde he podido. El día que no sea necesario, me marcharé sin problemas", afirma.

CARA Y CRUZ Martín Cisneros tendrá el apoyo casi unánime de las cofradías. Llega en un momento dulce y a la vez complicado. Dulce por el auge de la Pasión cacereña, en la que sigue entrando "sabia nueva" con la incorporación de los jóvenes, y a la que se suman cada vez más cofradías. "Estamos en uno de esos momentos de cambio y crecimiento que se han dado a lo largo de la historia cofrade".

Pero complicado porque este valor de la Semana Santa cacereña no acaba de ser comprendido "por quienes deberían apoyarla más". De hecho, según Martín Cisneros, "el tratamiento que recibimos no es el adecuado, se podía mejorar mucho. No pretendemos ser ni más ni menos, solo tener el mismo respaldo que otras manifestaciones como el Womad o la Feria", afirma.

Martín Cisneros recuerda que el valor innegable de la Pasión cacereña es el religioso, "pero además contribuye a dinamizar el sector turístico y a reformar templos e imágenes centenarias que son patrimonio de todo Cáceres". Por ello echa de menos un tratamiento más positivo. "Hay quien piensa que las hermandades son colectivos privados y como tal nos las debemos de arreglar solas, y lo hacemos, pero además contribuimos de forma generosa a la ciudad con un trabajo ímprobo que muchos desconocen, por ejemplo la gran reforma que la cofradía de la Soledad ha hecho en su ermita".

Cisneros lo tiene claro: "No se atiende a las cofradías de la misma forma que las cofradías atienden a la ciudad". Por todo ello intentará poner de su parte para remediarlo "siempre de forma dialogante", aunque antes, recuerda, deben convocarse las elecciones. "De momento yo soy sólo un candidato", subraya.

En este sentido, las cofradías aún no han cobrado los 25.000 euros de la subvención anual del 2009 que les otorga el ayuntamiento, aunque esta semana se ha firmado un convenio para la difusión de la Semana Santa con una partida de 10.000 euros.