El 'Vuelva usted mañana' para Larra ha derivado en nuestra ciudad, en tiempos de crisis, en un "no vuelva usted nunca". El no por respuesta que cientos de ciudadanos se llevan de sus responsables públicos locales en infinidad de temas juega en contra de las emociones y de las necesidades que miles de cacereños, de nacencia o de adopción, tienen hoy día. Son las organizaciones sociales y asistenciales las que asumen un rol que debe recaer hoy más que nunca en los responsables institucionales.

Son tiempos para cooperar y para encontrar oportunidades, pero deberían ser también momentos para que los concejales de gobierno de este ayuntamiento bajaran al terreno y comprobaran realmente cuál es el estado de ánimo de la ciudad. Son momentos para aportar recursos, pero también para conocer de primera mano necesidades reales. Hay que poner freno a la inoperancia de un ayuntamiento que es incapaz de mostrarse sensible con respecto a la ayuda a domicilio, un ayuntamiento que no conoce las necesidades de las barriadas, un ayuntamiento insolidario que ha reducido casi en su totalidad las ayudas a la cooperación al desarrollo en apenas dos años.

Quienes peor lo están pasando no solo precisan de unas políticas públicas eficaces que emanen de un sistema de protección social bien construido. Quienes peor lo están pasando demandan muchos pequeños gestos que vuelvan a hacer ver a muchos que la política es necesaria.

Una ciudad como Cáceres necesita de todo esto. Una ciudad como Cáceres, que ve cómo poco a poco pierde su sonrisa, exige a sus concejales que pisen la calle, que conozcan las demandas ciudadanas, que no dejen a nadie en la estacada. Sin embargo esta misma ciudad necesitada solo es vista por el retrovisor del coche oficial que semanalmente pone rumbo a Madrid. Y mientras, estamos dejados a nuestra suerte. Es momento de ponernos manos a la obra. Nuestra ciudad necesita del concurso de todos frente a quien nos ha situado a la deriva.