Intentar prestar ayuda vía telefónica en situaciones de crisis o dramáticas, de forma altruista y anónima, a quienes pueden necesitarlo, es la principal función del Teléfono de la Esperanza. Los cacereños contarán con esta ayuda a principios del próximo año, que es cuando está previsto que empiece a funcionar el Teléfono de la Esperanza de Cáceres.

Así lo ha anunciado a EL PERIODICO su presidente en Cáceres, Manuel Femia Godoy, quien señaló que este "servicio humanitario" se encuentra en estos momentos en la ciudad en fase de establecimiento y formación del voluntariado. "Ya tenemos sede, en la avenida de los Pilares, y ya se han comenzado a impartir cursos de formación a aquellas personas que se han mostrado dispuestas a colaborar con este proyecto, pero su funcionamiento pleno no podrá estar operativo hasta principios de año, ya que se requieren dos años para formar a los voluntarios que lo van a atender, y llevamos uno y medio en esta tarea".

Cuando el Teléfono de la Esperanza está instalado plenamente funciona las 24 horas del día, los 365 días del año, "pero nosotros tendremos al principio que conformarnos con hacerlo unas seis o siete horas diarias, pues por el momento somos tan sólo unas 30 las personas implicadas, y para su pleno funcionamiento se requieren unas 80, que esperamos poder reunir lo antes posible para ir incrementando las horas de escucha".

UNA NECESIDAD Actualmente, en la región sólo se encuentra operativo el Teléfono de la Esperanza en Badajoz, donde lleva funcionando desde hace 32 años. Hace al menos 15 que Manuel Femia intentó fundarlo en Cáceres, "pero entonces se consideró que esta provincia no tenía la población suficiente como para tener un teléfono propio y a quienes llamaban desde aquí les atendían en Badajoz".

Las cosas han cambiado, pues en los últimos años se ha constatado que un alto porcentaje de las 4.000 llamadas anuales que recibe el Teléfono de la Esperanza de Badajoz son de cacereños, "motivo por el que se ha estimado necesario establecerlo en esta ciudad, y vamos a hacerlo, porque ya hace falta un teléfono propio en Cáceres".

Manuel Femia explica, para concluir, que en el Teléfono de la Esperanza todo es gratuito y también anónimo. A quienes llaman no se les hace ninguna pregunta sobre su identidad, sólo se les escucha y se les trata de ayudar en el problema que plantean. "Si es un problema no demasiado grave se intenta hacerlo en ese mismo momento, pero si se considera que se requiere atención especializada se remite a profesionales y expertos".