Lo que ha ocurrido esta semana con Francisco Alcántara recuerda a lo que pasó con Felipe Vela, que en 2003 entró en la política municipal como independiente en la candidatura del PP. Son profesionales del sector privado que se estrenan en política. Vela no aguantó. Se fue y dejó el grupo municipal popular. Alcántara de momento no se ha ido de Cs. Su futuro en el partido depende del expediente disciplinario que se le ha abierto y de lo que él quiera aguantar dentro de Cs.

Alcántara no tiene la suerte de Luis Salaya, a quien las decisiones de los demás le han beneficiado, le han ayudado a ser alcalde y le han reforzado al frente del ayuntamiento. A Alcántara las determinaciones de otros le alejaron de entrar en el gobierno municipal. Su nominación como candidato de Cs para la alcaldía de Cáceres fue la principal novedad en las municipales de mayo. Una apuesta fuerte: un empresario de éxito que desde Cáceres había creado una empresa con delegaciones en el resto del país.

Y la fórmula casi resultó, no hubo sorpasso al PP, pero él y los otros cuatro concejales que Cs sacó en las elecciones se convirtieron en la llave del gobierno local. Hasta 24 horas antes de la investidura parecía que estaba hecho: Salaya de alcalde y Alcántara de primer teniente de alcalde en un gobierno de coalición. No era el primer puesto, pero era un triunfo, entraba en el gobierno y tenía capacidad de decisión. Pero todo se esfumó un viernes 14 que duró demasiadas horas, cuando desde su partido le dijeron que no podía pactar con el PSOE y que tenía que cerrar un acuerdo con el PP que nunca llegó. Y eso, esa decisión que tomaron otros, dio la alcaldía a Luis Salaya y sacó a Francisco Alcántara del gobierno municipal.

Pero había una segunda oportunidad. Cs no estaba en el ejecutivo local, pero era el partido llave. Sus cinco concejales eran decisivos cuando el gobierno necesitase la mayoría absoluta. Pero una decisión de otro, la del concejal Teófilo Amores de dejar Vox, volvió a beneficiar a Salaya y convirtió a los cinco concejales de Ciudadanos en casi irrelevantes, los dejó en tierra de nadie, sus votos ya no eran llave de ninguna puerta. La mayoría absoluta la da Amores al no tener el corsé de Vox.

Ahora Alcántara está con pie y medio fuera de Ciudadanos, del que seguramente acabará saliendo. Le expulsarán por decir en público lo que piensa, por no ceñirse a la disciplina del partido y por pedir a otros, a los que precisamente le dejaron fuera del gobierno municipal, que asuman sus responsabilidades por los resultados del 10-N.

Su mala relación con Cayetano Polo, coordinador en Extremadura de Cs, le pone en la puerta de salida de Ciudadanos. El viernes denunció que Cs en Extremadura «es un ejemplo de nepotismo» por decisiones como los asesores elegidos en la Asamblea, lo que va contra el espíritu de regeneración política que pregona Ciudadanos.

Igual que Vela dejó el PP y pasó a ser concejal no adscrito, Alcántara puede seguir en las próximas semanas el mismo camino. Falta por saber si, al igual que Vela, él también se embarcará en la creación de un nuevo partido político con un marcado carácter local.