Ciudadanos está roto en Cáceres. Lo está porque su portavoz, Francisco Alcántara, tiene pie y medio fuera del partido y ha echado un pulso que sabe que puede perder. ¿Por qué se llega a esta situación? Por la personalidad de Alcántara, porque se ha sentido ninguneado por Cayetano Polo, coordinador regional del partido, por el viraje de Cs a la derecha y el incumplimiento de la promesa de regeneración política, por los malos resultados del 10-N y por la nefasta gestión de Cs en las negociaciones para formar gobierno en el ayuntamiento que hizo que de ser un partido decisivo haya pasado ahora a ser irrelevante.

Alcántara es nuevo en un cargo político y no necesita de la política para vivir. Dice lo que piensa, no se aferra a la disciplina que se pide en un partido. Si la noche del 10-N opina que Albert Rivera debe asumir responsabilidades e irse para que el partido se regenere, pues lo dice. Sus manifestaciones de esa noche dan pie al expediente que le ha abierto el partido y que seguramente terminará con su expulsión de Cs.

LOS ASESORES / Alcántara está enfrentado con Polo. No es el único en Cs. Pero ayer lo dejó clarísimo. «Ciudadanos en Extremadura es un ejemplo de nepotismo y enchufismo», afirmó. La designación de asesores en el grupo de Cs en la Asamblea, en su mayoría personas cercanas a Polo, como su actual pareja, Soledad García, que es la secretaria de organición, o Fernando Rodríguez, coordinador local de Cs, no ha gustado a militantes del partido, entre ellos Alcántara, que en su crítica de ayer a Polo le achacó el escaso interés de la dirección regional en la campaña de las generales en Cáceres. Para Alcántara, la dirección regional ha estado «más preocupada porque nuestra diputada -María Victoria Domínguez- desaparezca de la esfera política de Cs que por conseguir votos».

Alcántara se ha sentido ninguneado por la dirección regional, con Polo a la cabeza, y por la provincial y local, cuyo coordinador es Rodríguez, persona de confianza y próxima a Polo, cuya dimisión pidió ayer Alcántara, que confirmó que no habla con el coordinador regional de Ciudadanos «desde hace meses».

La de Alcántara no es la única crítica lanzada ayer. «La política no puede ser un coto cerrado para cuatro personas», apuntó ayer el candidato al Senado por Cáceres, José Antonio Villa, que añadió que los que tienen que dar ahora explicaciones por los resultados del 10-N son Polo, Rodríguez y «la en teoría» secretaria de organización de Cs, Soledad García.

¿Qué pasará con el grupo municipal a partir de ahora? Por ahora Alcántara no se va del grupo, se está en la fase inicial del expediente disciplinario y su intención es defenderse, «no me voy a achantar, intentar callar las críticas razonadas solo hace agravar la situación del partido». «No me planteo más que enfocar mi actuación en la depuración y regeneración de Cs», añadió. El plazo de tramitación del expediente es de seis meses, según los estatutos del partido. Alcántara puede aguantar o irse antes. Si se va o es expulsado, lo que no va a hacer es dejar el acta, seguirá de edil.

GRUPO MUNICIPAL / Si Alcántara sale del grupo, también se irá la concejala Mar Díaz, que ayer confío en que el expediente disciplinario se resuelva a favor de Alcántara «por el bien del grupo municipal». Si al final se decretase su expulsión, «yo también me consideraría expulsada», añadió. Ñete Bohigas, concejal próximo a Alcántara y diputado provincial, no se pronunció ayer sobre qué decisión tomaría. Raquel Preciados, más próxima a Polo, probablemente seguiría, al igual que Antonio Ibarra.

Tras las elecciones, Cs era el partido que daba la llave del gobierno local. Alcántara recordó que tres días antes de la investidura se podía haber cerrado un acuerdo con el PSOE que «hubiera dado estabilidad al gobierno y que apostaba por un cambio con reformas financieras», pero ese acuerdo no pudo cerrarse «porque desde nuestra dirección nacional y regional impidieron que se llevará a cabo porque los intereses eran otros, --Ciudadanos- Cáceres fue uno de los principales damnificados de ese caos que supuso el mercadeo de cargos en los pactos».

El grupo municipal de Cs fue el peor parado en las negociaciones que hubo tras las elecciones locales. Pudo estar en un gobierno con el PSOE, pero se quedó fuera y la imagen que se trasladó fue que hubo una lucha por sillones. Además tras la marcha de Teófilo Amores del grupo municipal de Vox, Cs ha quedado en tierra de nadie y en un papel casi irrelevante en la corporación local.

Alcántara se refirió ayer a esa imagen de «mercadeo de cargos» que se dio en lo días previos a la investidura y de la que el grupo municipal de Ciudadanos «ha sido uno de los principales damnificados». Recordó que el grupo municipal ya había cerrado un acuerdo con el PSOE y que cuatro de los cinco ediles de Cs tendrían delegaciones dentro de un gobierno con Luis Salaya de alcalde, acuerdo que «hubiera dado estabilidad» al gobierno, pero la dirección regional y nacional de Cs «nos impidió que lo lleváramos a cabo».

Detalló que ese acuerdo se pudo haber cerrado tres días antes y así no llegar hasta la una y media de la mañana del mismo día de la investidura, en la que al final se tomó la decisión de abstenerse, lo de que dio el gobierno al PSOE, pero sin Cs. Alcántara desveló que a esa hora se mantuvo una conversación con el secretario nacional de organización de Cs, Fran Hervías, y que le dijo «‘ni para ti, ni para mí, os teneís que abstener’, querían que nos fuéramos a un gobierno con el PP y Vox y yo quería entrar en un gobierno de coalición con el PSOE».

Esa imagen de mercadeo no es la única crítica que Alcántara hizo a su partido, también aludió a errores como «la pérdida de la posición de centro» y la pérdida de la imagen de partido que representa la regeneración política. Esa regeneración no la ve en la dirección regional de su partido por, entre otras cuestiones, la designación de los asesores en la Asamblea de Extremadura. «Ciudadanos Extremadura es un ejemplo clarísimo de nepotismo y enchufismo, algo por lo que las personas decentes no podemos pasar y hay que decir basta», subrayó Alcántara,

En relación con la situación en la que queda ahora en el ayuntamiento, aseguró que su suspensión cautelar de la militancia de Cs hasta que se resuelva el expediente «no me impide seguir siendo el portavoz» del grupo municipal de Cs. Evitó ayer aludir a los rumores de que podría formar un nuevo partido local y cacereño, ahora «no me planteo más que enfocar mi actuación en la depuración y regeneración de Cs (...) aguanto porque quizás creo que Cáceres necesita un partido de este tipo -Cs y de centro- y salir de donde estamos contribuyendo a su regeneración regional y nacional», apuntó.

Por otra parte, el portavoz del gobierno en el Ayuntamiento de Cáceres, Andrés Licerán, comentó ayer, en declaraciones recogidas por la agencia Europa Press, que el PSOE seguirá gobernando en solitario en la ciudad, y descartó apoyos o incorporaciones de otros concejales al gobierno tras la crisis que ha surgido en Ciudadanos y la salida de Teófilo Amores de Vox, que ha pasado a ser concejal no adscrito. Licerán insistió en que serán los nueve miembros del equipo socialista los que gobiernen la ciudad durante los cuatro años de legislatura.