La presidenta de la asociación de vecinos de San Marquino, Clara Rodríguez, se pone el traje de faena cada año para preparar las migas que centran la jornada de convivencia del barrio con motivo de las fiestas navideñas, por eso afirma categórica que el único secreto de este plato es "mucho 'zumo' de muñeca", o lo que es lo mismo, removerlas continuamente y a fuego lento para que no queden apelmazadas. De hecho, su experiencia no se limita a las migas del barrio sino que ya las hacía cuando trabajaba en la piscina municipal para despedir la temporada de baños.

En San Marquino hacen las migas de forma tradicional, en fuego de leña, por eso es más difícil calcular cuándo está en el punto adecuado para comenzar el guiso. Lo primero, echar los ajos en el aceite y sofreírlos bien junto al pimiento rojo. "Yo lo utilizo fresco. Sé que muchas personas usan el pimiento seco para las migas, pero el fresco le da mucho más sabor", afirma la presidenta vecinal, que comparte esta tarea anualmente con Josefa Díaz. "Ella es quien se ocupa de remover bien las migas", reconoce.

"Para mi gusto, solo con eso y un poco de pimentón ya están ricas. No hace falta más", dice Clara Rodríguez. Y con ese guiso básico, sin panceta, chorizo o tocino, es como las hacen en el barrio. "Pero luego acompañamos las migas con una barbacoa con panceta, morcilla, salchichas y costilla", añade.

Otro de los trucos que la presidenta vecinal de San Marquino utiliza cada año es el de dejar el pan migado y humedecido con agua con sal la noche anterior. Ese pan es el que se añade a los ajos y el pimiento cuando están dorados. "Y a partir de ahí, 45 minutos removiendo", dice. Y a comer.