No tienen tres estrellas, ni dos, ni una, pero son los preferidos por muchos clientes ya que aseguran dos premisas fundamentales a la hora de ir a un restaurante: primera, comida de muy buena calidad; segunda, que la cartera no saldrá tiritando. Por ello, los establecimientos incluidos en la distinción Bib Gourmand de la Guía Michelín tienen un tremendo atractivo para muchos comensales, que quieren disfrutar de una buena mesa sin que la cuenta le dé un susto al bolsillo.

Cocina de primera a precios comedidos. Éstas son las condiciones que cumplen los 253 restaurantes Bib Gourmand reconocidos por la Guía Michelín España y Portugal 2018. Tres de ellos se encuentran localizados en la provincia de Cáceres: Madruelo, en la capital cacereña, y El Almirez y Nardi, ambos en Hervás. Buenas cartas y locales acogedoras en dos entornos históricos de excepción: la jornada está servida.

En estos restaurantes es posible elegir de la carta un entrante, un plato principal, un postre y una copa de vino por un precio medio de entre 30 y 35 euros. Los inspectores de la Guía Michelín los valoran siguiendo los mismos criterios que emplean para la concesión de estrellas (calidad gastronómica pero también instalaciones cuidadas y limpias, vajillas, terrazas...). Por ello se les considera firmes candidatos a entrar en el firmamento de esta prestigiosa guía cualquier año. De hecho, la categoría Bib Gourmand ha ido adquiriendo protagonismo hasta tal punto que se traduce en un evidente aumento de la afluencia de clientes.

Con la guía bajo el brazo

Así lo atestiguan los propietarios de los tres establecimientos cacereños, que aseguran que algunos comensales llegan prácticamente con la guía bajo el brazo. «Hay personas que van de viaje por la A-66 y entran a Hervás para comer en nuestro establecimiento aconsejados por la guía Michelín. También tenemos clientes que vienen expresamente de Ávila, Cáceres y Madrid», explica Luci Alonso, propietaria y cocinera del restaurante El Almirez, que lleva 7 años incluido en la categoría Bib Gourmand y 23 desde su apertura. ¿Su secreto?: «Hacemos cocina tradicional extremeña con toques de autor y buenas calidades en la materia prima», desvela.

En El Almirez es posible comer durante todo el año migas, queso frito, sus famosas croquetas caseras de tres variedades o el cabrito en salsa al modo tradicional de Hervás, con pimentón de La Vera, nueces y otros ingredientes que no faltan en las mesas navideñas de la capital del Ambroz. «Todas nuestras carnes son de la comarca: solomillos, chuletones... Pero también la mayoría de los productos: las fresas de Casas del Monte o los quesos de cabra de Zarza de Granadilla con riquísimas variedades como el fresco rebozado en charlota, al carbón vegetal, gran azul...», detalla Luci Alonso, visiblemente ilusionada por llevar adelante el restaurante junto con su pareja, Jesús Gil.

La chef no solo habla con satisfacción de su trabajo, también de los productos que le suministran otros profesionales de la comarca, con los que se deshace en halagos por su buen hacer. La cercanía y calidad de la materia prima, prioridad en esta casa, tampoco podían faltar en los postres, muy valorados por los inspectores de la Guía Michelín. Todos son caseros: tarta de manzana, de queso, Pasión de Chocolate... En suma, un trabajo intenso que realizan seis personas durante el fin de semana, cuando las reservas se acumulan en El Almirez.

Referencia desde 1980

Muy cerca, en la peatonal de Hervás, se sitúa el restaurante Nardi, una auténtica referencia del Valle del Ambroz y realmente de toda Extremadura, porque fue de los primeros establecimientos en relacionarse con la alta cocina. Abierto desde hace cuatro décadas, su actual propietario, José Miguel Sánchez, es hijo del fundador y nació prácticamente en la cocina para foguearse después en otro de los grandes templos extremeños de la gastronomía, Aldebarán, y graduarse en la primera promoción de la Escuela de Cocina de Plasencia. Desde 2004 lleva las riendas de Nardi junto a su mujer, Vega Serrano. Ellos y su personal atienden este Bib Gourmand que recomienda Michelín.

«Cualquier reconocimiento es bienvenido, más aún si te lo concede la guía top mundial del gourmet, y garantiza que ofreces una carta de calidad con precios ajustados», comenta José Miguel Sánchez. «Sí que se nota la llegada de clientes que vienen expresamente por la guía, que confían en ella y que tienen experiencia, les gusta comer bien», revela.

Su cocina se asienta en principios que en Nardi son dogmas: «Conseguir el mejor producto cercano, de la zona de Cáceres o Salamanca (carnes de cordero, cabrito, cochinillo...), y darles cociones actuales pero con sabores tradicionales, con presentaciones también renovadas», detalla. En su carta se combinan platos que el público no permite literalmente cambiar en todo el año (como el cochinillo confitado o la paletilla de cabrito asada), con recetas de temporada que sus clientes también le piden en muchos casos que no falten, como la afamada lasaña de setas o el arroz con espárragos y gurumelos frescos. Sus postres ponen la guinda al pastel: tarta de manzana, crema de arroz con leche con mermelada de mango...

Ya en la capital cacereña, a medio camino entre la plaza Mayor y la iglesia de Santiago, se encuentra el tercero de los Bib Gourmand 2018, el restaurante Madruelo, que cuenta con distintos reconocimientos como ‘Top Choice de Lianorg.com’ o el ‘Certificado de Excelencia de TripAdvisor’. Pero sin duda, la Guía Michelín «nos pone en el universo gastronómico, un prestigio que solo te da esta publicación. Vienen comensales incluso con la guía en edición papel», relata Francisco Javier Domínguez, propietario y jefe de cocina.

Madruelo fue el primer restaurante cacereño en lograr esta distinción como Bib Gourmand, que renueva cada año desde 2011. «Mantenemos una alta exigencia en la calidad, por ejemplo solo servimos carne calificada de retinto y solomillo de ibérico», explica. Todos los productos son frescos y de temporada: setas, criadillas, espárragos... Y además a precios ajustados, de modo que un menú medio elegido por un comensal oscila entre los 30-35 euros que marca esta categoría de la Guía Michelín.

Por ejemplo, en Madruelo es posible pedir en estos momentos unos ricos gurumelos salteados para empezar, y seguir con un codillo a la cerveza, o entrecot de retinto, o bien bacalao confitado con ibéricos. De postre, recomiendan sabrosas opciones como la tarta de chocolate con sala de natillas, Técula Mécula de Olivenza («el mazapán extremeño») o la saludable tarta de manzana.

Cada plato lleva productos de proximidad y por tanto de confianza, como el aceite de oliva virgen extra manzanilla cacereña que el propio Francisco Javier Domínguez produce en su finca Las Valbuenas (La Pesga), buenos quesos que le sirven las tiendas cacereñas de Mostazo y Guadalupe, orégano de sus vecinos artesanos de la zona monumental... Y así, con los mejores ingredientes, Madruelo consigue lo que ha venido a llamar «la santísima trinidad extremeña: un sofrito con chorizo blanco, panceta y jamón que da alegría a cualquier plato, que resucita a un difunto», desvela el chef.

En suma, tres restaurantes bendecidos por el hado de la guía más antigua y reconocida de Europa. Calidad, creatividad y esmero motivan sus reconocimientos. El público tiene la palabra, y el gusto...