Hace siete meses que la palabra coronavirus llegó a nuestras vidas y parece no marcharse nunca. A sus espaldas ha dejado ya más de 800 fallecidos solo en la región, miedo, incertidumbre y mucha pobreza. Esto último es quizá una de las situaciones que más preocupan porque va a tardar en recuperarse. En el caso de la provincia de Cáceres, esa pobreza se traduce en cifras: El Banco de Alimentos atiende ya a un 20% más de personas que antes de la crisis sanitaria. Llega actualmente a los 9.000 necesitados, casi el 60% reside en la capital cacereña.

La previsión es que ese número continúe creciendo en los próximos meses, hasta haber alcanzado, al menos, un 23% más de familias que el año anterior. En marzo, cuando se declaró el Estado de Alarma y se cerraron todas las actividades no esenciales, los colectivos se desbordaron. Algunas asociaciones se vieron obligadas a atender a personas que ni siquiera tenían concedida una ayuda económica o de alimentos porque en aquel momento era imposible presentar la documentación requerida para conseguirla y no podían dejarlas en la calle.

El recuerdo de Dolores Ballel, vicepresidenta de Acisjf y directora del servicio de acogida y reparto a domicilio, es de caos. «En el confinamiento fue horroroso. En esos tres meses fue un descontrol, teníamos que atender a todo el que llamaba a nuestra puerta y los almacenes estaban bajo mínimos». Solo esta asociación, que trabaja en la ciudad de Cáceres, llega actualmente a unas mil personas (300 familias); 270 son niños de entre 3 y 14 años. En febrero, justo antes de empezar la crisis sanitaria, atendían a 700 personas. Otros colectivos, como el comedor social de las Hijas de la Caridad de Cáceres, han duplicado el número de comidas que dan cada día a los sin techo.

Y la situación empeora, aunque a un ritmo menor que en el mes de marzo: «En la segunda ola de la pandemia hemos detectado un aumento progresivo de los que reclaman nuestra ayuda, pero el crecimiento es más lento», afirma el presidente del Banco de Alimentos de Cáceres, Juan Carlos Fernández Rincón.

A sus puertas llaman ahora familias que han trabajado toda la vida pero que se han quedado sin empleo. Principalmente autónomos que no han aguantado la situación y se han visto obligados a cerrar sus negocios, trabajadores que siguen en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) o que han sido despedidos y empleadas del hogar y de ayuda a domicilio. Sobre todo estas últimas, que asistían a personas mayores que han fallecido a consecuencia del covid, por lo que se han quedado sin trabajo y sin la posibilidad de acogerse a ayudas.

¿QUÉ SOLICITAN?

Demandan tanto alimentos como ayuda para pagar el agua, la luz, el alquiler o para mantener a sus hijos. «Muchas familias nos piden algo de comida para que sus hijos puedan llevar la merienda al colegio, no tienen nada que darles para que coman en el recreo, así que necesitamos zumos, batidos, bollos, fiambre,...», advierte la vicepresidenta de Acisjf, Dolores Ballel.

Esta situación se refleja también en la imagen que presenta el Banco de Alimentos, cuyos almacenes estaban ayer prácticamente vacíos. Este colectivo es el que se encarga de distribuir comida entre los colectivos sociales (llega a 108 en la provincia). Luego las familias desfavorecidas que tienen aprobada una ayuda se dirigen a estas asociaciones, que son las que reparten los alimentos directamente entre los necesitados.

El último reparto del Banco se ha llevado a cabo en los últimos días, cuando se ha distribuido entre los colectivos cacereños todo el excedente procedente del FEAD, el Fondo Europeo de Ayuda al Desfavorecido. En concreto se han entregado a los colectivos de la provincia 227.000 kilos en el que ha sido el segundo reparto de este fondo en lo que va de año. Aún así, el presidente del Banco de Alimentos asegura que, a pesar de estar casi sin excedente, la situación no es de alarma. «Todavía tenemos remanente para seguir comprando», tranquiliza. Y tienen todas las esperanzas puestas en la denominada ‘Gran Recogida’, que este año se llevará a cabo entre el 16 y 22 de noviembre.