Con el objetivo de preservar el río Almonte, el único gran ecosistema fluvial extremeño cuyas aguas todavía no han sido alteradas, una decena de asociaciones trabajan desde el pasado mes de septiembre para impedir que la nueva presa de abastecimiento a la ciudad de Cáceres se haga en la cuenca del Almonte.

Miembros de estos colectivos, que han constituido una plataforma, se han entrevistado con José Antonio Llanos, presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), quien se comprometió "a tener en cuenta las opciones que le planteamos", indicaron interlocutores de la plataforma. No obstante, hasta dentro de unos días o semanas no se sabrá si realmente esas observaciones se han recogido, ya que desde la Confederación del Tajo aseguraron que "en este mes saldrá a información pública el estudio de impacto ambiental junto al proyecto" de la presa.

La presa no es una actuación nueva. Los primeros pasos se dieron en 1995, y en el 2001 se adjudicaron a la empresa Cygsa los estudios previos, de los que salió una memoria-resumen que se remitió a colectivos e instituciones hace un año, y en la que se recogían las alternativas para ubicar la nueva presa: dos en el río Tamuja y otras dos en el Almonte. En septiembre se aseguró desde el ayuntamiento que la alternativa elegida es la Almonte-Monroy. La plataforma se constituyó a raíz de ese anuncio, porque ese emplazamiento es el de más impacto al ser el que tiene "mayor riqueza arqueológica y biológica", según se especifica en un informe de la plataforma.

INCUMPLIR NORMATIVA En unos términos más contundentes se expresó la Sociedad Española de Ornitología en las observaciones que realizó a la memoria y que envió a la dirección general de Evaluación Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente. La SEO advierte de que con la ubicación de la presa en el Almonte se incumple una directiva europea.

La Seo recuerda que la construcción de una presa en el Almonte anegará un cauce con valor ornitológico y con hasta tres áreas importantes para las aves, unos espacios que la Seo considera, según sentencias del Tribunal de Luxemburgo, con el mismo "valor natural que las Zonas de Especial Protección de Aves (Zepa) declaradas en virtud de una directiva europea, por lo que debe evitarse su deterioro porque son hábitats de especies amparadas por tal directiva".

Las consideraciones realizadas por la Seo y por otros colectivos a la memoria forman parte de la documentación que se examina para elaborar el estudio de impacto ambiental. Cuando este documento se publique junto al proyecto se sabrá si finalmente la presa se construye en la cerrada que forma el río Almonte a unos tres kilómetros de Monroy, y que está a 375 metros aguas abajo del puente de la CC-128, una carretera que se tendría que desviar, ya que un tramo de la misma quedaría bajo las aguas.

OTRAS ALTERNATIVAS De las cuatro opciones manejadas en la memoria, la calidad de las aguas de las dos del Almonte se considera de buena-intermedia, mientras que las del Tamuja reciben la calificación de malas. La capacidad de la presa que se propone en el enclave río Almonte-Monroy sería de 40 hectómetros cúbicos, el doble que el Guadiloba. La cuenca que vertería en esta presa tiene una superficie de 1.385 kilómetros cuadrados, la del Guadiloba es de 135, y el valor medio de las aportaciones mensuales se calcula que es de 28 hectómetros cúbicos. La nueva presa no invalida la del Guadiloba, ya que ambas se utilizarían.

La plataforma lamenta en un informe que no se hayan valorado otras alternativas al Almonte y al Tamuja, y como primera posibilidad recomienda "una regulación del uso de las aguas" en el área de captación del trasvase del Almonte, que está aguas abajo de la opción Almonte-Monroy y en la confluencia de este río con el Tamuja, para que la obtención de energía y los intereses comerciales no primen sobre el abastecimiento de la población, como ocurrió en el 2002.

Otra alternativa que plantea es la ampliación de la captación del trasvase del Almonte, que conecta el río, en la cola del embalse de Alcántara, con el Guadiloba, o la creación de una nueva. Y ofrece una tercera posibilidad: la construcción de un pequeño embalse que esté aguas abajo del trasvase y que garantice que siempre esté operativo.