El colegio de arquitectos considera en las alegaciones que ha presentado al nuevo plan general municipal, nueva denominación del PGOU, que tres de los principales condicionantes del nuevo diseño de la ciudad plantean un futuro que califican de incierto. Recuerdan que el trazado previsto para el AVE es por ahora "una hipótesis" y que la superficie reservada en Montaña y Sierrilla para que la obtenga el consistorio es "de tal entidad" que se duda de su viabilidad. El tercer punto es la ZEPA, de la que se dice: "Se ha llegado a la elasticidad absoluta del límite".

El colegio hizo ayer públicas sus alegaciones, las hay específicas (relativas a los usos, condiciones de la edificabilidad, habitabilidad o ocupación o a las normativas sobre el tipo de los edificios) y las hay generales vinculadas al diseño urbano propuesto.

En estas últimas se incide en la obtención prevista por el consistorio de 500 hectáreas de la Montaña y la Sierrilla adscribiéndolas a los sectores donde se puede edificar, de tal forma que sus propietarios participen de los beneficios que generarían las nuevas viviendas. El colegio considera en sus alegaciones que las 500 hectáreas son excesivas para que con su vinculación a los nuevos sectores residenciales se pueda lograr un beneficio que compense a todos los dueños del suelo (los del sector y los que se adscriban de la Montaña y Sierrilla).

La otra consideración que se hace respecto a esta obtención de suelo es que, según apunta el colegio de arquitectos, no se concreta su asignación a los sectores residenciales previstos en el plan general, con lo que "puede convertirse en una continua arbitrariedad de la administración".

El plan adscribe estas zonas verdes en los nuevos sectores residenciales para su cesión gratuita al consistorio, la Montaña iría en los de prioridad uno, y la distribución se hace en base al aprovechamiento medio, que es igual en los sectores de prioridad uno y dos (0,38 metros cuadrados edificables por cada metro cuadrado de superficie) y que es el mismo del plan en vigor. El colegio considera en su alegación que con ese aprovechamiento y con los suelos ajenos al sector que se adscriben "difícilmente" se producirá "un mínimo beneficio" para los dueños de los bloques que se hagan.

El colegio valora en otra alegación que se traza un diseño uniforme en aquellos sectores que ya están ordenados, que son de prioridad uno, y se apunta que no se tiene en cuenta la demanda cada vez mayor de segunda vivienda, ya que para la misma sólo se reserva espacio en la estación Arroyo-Malpartida.

En la introducción de las alegaciones se hace una crítica a la tramitación del proceso seguido para redactar el plan, que se califica de "opaco", lamentando que no se expusiese un avance y que el consistorio no contase con la participación de colectivos desde que tuvo el documento del plan.

PREVISIONES Tras calificar de sobredimensionadas previsiones de expansión y crecimiento que se recogen en el plan general, en las alegaciones se analizan cuestiones más concretas, y se apunta que se planifican nuevos sectores en suelo urbanizable cuyos límites no coinciden con un viario o un elemento físico identificable que justifiquen su delimitación, como el 2.01 (al norte del campus), el 1.12 (a continuación de Cáceres II), el 1.11 (en las estribaciones de la umbría de la Montaña y del residencial Universidad) o el 1.07 (frente al ferial).

Son sectores que no están entre los de prioridad uno con ordenación detallada, que son los que a corto y medio plazo marcarán el futuro urbano de Cáceres. En cuanto a los suelos urbanizables incorporados, el colegio indica que figura El Muelo, que aún no tiene dicha calificación.

En otro punto de las alegaciones se hace referencia a sectores de prioridad dos, que se desarrollan a largo plazo, situados al sur de la ciudad y que se edificarán sobre El Calerizo. Se puntualiza que aquí el aprovechamiento es menor que en otros sectores, pero que sin embargo se especifica que no se incluyen medidas de protección como la permeabilidad de la urbanización.

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