Las obras del colegio mayor Francisco de Sande se encuentran ejecutadas al 50%. El grueso de la actuación está concluido y en estos momentos se trabaja en las cubiertas y en las instalaciones. Falta la pintura y el montaje de la maquinaria de las instalaciones. El objetivo es que la obra concluya a finales de este año, con el fin de ofrecer el edificio como residencia de estudiantes para el curso 2020/2021. No obstante, no se descarta que pueda abrir antes ya que, como ya se había anunciado, se prevé destinar también este histórico inmueble al turismo idiomático o a intercambios para profesores o alumnos de la universidad.

La presidenta de diputación, Rosario Cordero, y el diputado de Infraestructuras, Fernando García Nicolás, visitaron ayer las obras en el transcurso de las cuales han aparecido antiguas vidrieras (en el lugar en el que antiguamente se ubicaba la iglesia), bóvedas y alacenas. Estos elementos se habían tapado cuando se levantó el colegio mayor pero ahora se conservarán y se integrarán en el nuevo edificio.

La nueva residencia costará casi 4 millones de euros y tendrá 70 plazas. Contará con habitaciones individuales y dobles, aunque estas últimas respetan la intimidad de los alumnos ya que, a pesar de estar conectadas, cada residente podrá disfrutar de una dependencia propia con una cama y un cuarto de baño. Lo único que se compartirá es una pequeña sala de estar. Todas tienen calefacción, aire acondicionado y vistas a la ciudad monumental.

Será un edificio de bajo consumo e inteligente, con suelo radiante, puertas cortafuegos o un sistema que controla la humedad y la temperatura. Tendrá además sistemas domóticos integrados de control y seguridad. Y se ofrecerá a los residentes servicio de voz y datos de alta capacidad, tanto por cable como inalámbrica. H POR S. RUMBO