Una colonia de gatos produce destrozos en el centro residencial El Cuartillo, conocido como la residencia Asistida de Cáceres. Según ha podido saber este diario, los animales llevan viviendo en los patios del centro desde hace años, pero en esta última temporada llegaron a juntarse más de 25, lo que ha provocado destrozos en el mobiliario y el malestar de los residentes.

Al parecer los animales se colaron entre los falsos techos, donde se encuentran instalados el cableado telefónico, las cámaras de calefacción y otras maquinarias. Destrozaron parte de los cables que ha sido necesario sustituir y provocaron el desprendimiento de una placa del falso techo del edificio, lo que hizo que uno de los gatos cayera sobre una empleada del centro, sin producir ningún daño grave.

La Junta de Extremadura, propietaria de la residencia, a través del Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia (Sepad), ha encargado a una empresa especializada de la región la retirada de los animales, que están siendo derivados a una asociación protectora. Ya han comenzado a trabajar; los operarios introducen en jaulas a los gatos y se encargan de llevarlos al colectivo de animales, según indican fuentes cercanas al centro de mayores de El Cuartillo.

HABITUALES Las colonias de gatos son habituales en la residencia, debido a que se encuentra a las afueras de la ciudad con campo a su alrededor. Los animales comenzaron a instalarse en los jardines del edificio poco a poco, al observar que sus residentes les proveían de comida, sobre todo pan. Se trata de un centro con mucho espacio verde y una parcela de 18.000 metros cuadrados. En ella residen 320 personas dependientes y trabajan 251 personas.

Por su parte, el Refugio San Jorge de Cáceres (asociación que gestiona la protectora municipal) se puso en un principio en contacto con el centro de ancianos para ofrecerles castrar a los animales y evitar así que la colonia continuara creciendo. "En la residencia se pueden quedar, hay jardines muy grandes. Nuestra opción fue la castración, pero decían que los gatos causaban daños en el terreno", dijo una de las voluntarias del colectivo de animales de Cáceres, Laura Varaldi. De momento en sus instalaciones del polígono ganadero no han recibido ningún gato procedente de esta residencia.

Según Varaldi, los animales se encontraban bien alimentados y en perfecto estado debido a que los ancianos les cuidaban y les daban de comer: "Sobre todo una señora, que me la presentaron. Decía que le gustaban los gatos y que les daba de comer", comenta a este diario la voluntaria del Refugio San Jorge. La protectora solo se llevó uno de los gatos que merodeaba por la zona porque era el único que se encontraba con signos de abandono: "Se notaba perfectamente que no era de la colonia", asegura Laura Varaldi.

LOS CONSEJOS Según indica la voluntaria de la protectora municipal, hoy se acercará hasta la residencia El Cuartillo para ofrecer su ayuda. Ella aconseja que la mejor forma de acabar con las colonias de gatos es castrar a los animales: "No hay que esperar a la primera o a la segunda camada. En cuanto aparecen hay que castrarlos porque si no el aumento de la colonia no se puede parar", indica Varaldi. El precio de una castración puede rondar entre los 80 o más de 150 euros, dependiendo de si se trata de un macho o una hembra.