Uno de los aspectos más llamativos del nuevo Hospital Universitario de Cáceres no tiene que ver con la amplitud de espacios o los largos pasillos que albergarán las habitaciones de los pacientes, las consultas quirúrgicas o las dependencias del personal médico, sino con los colores. La elección de la decoración de las paredes no es algo baladí en el centro hospitalario, cada tonalidad tiene un significado. El azul, para el personal; el rojo, para los pacientes; y el verde, para el público general. Por eso, junto a un distribuidor con dos amplios ascensores, cuya pared está pintada de rojo, a la vuelta de una esquina, hay otro más pequeño azul. Por eso, hay pasillos enteros pintados de uno u otro color. Todo tiene un significado que los próximos inquilinos tendrán que aprender.