El comercio de Camino Llano coincide en que la apertura del nuevo edificio Helga de Alvear, que tendrá acceso por la calle, tendrá un impacto «positivo» sobre los negocios de la zona pero reclaman más dinamización de la zona y medidas de refuerzo. En ese sentido, insisten en que la calle se incluya dentro de la ruta de itinerarios que se ofrecen a los turistas tal y como ocurre con la zona del recinto extramuros como la calle Pizarro, la entrada principal de la fundación hasta que concluyan las obras.

Cabe destacar que la calle se ha revitalizado en los últimos años y ahora cuenta con un supermercado, negocios locales y de hostelería como un bar y dos taperías, la última abierta hace escasos meses y gestionada por los responsables de la galería Kernel. Rosa Pérez es una de las comerciantes de la zona. Lleva nueve meses al frente de la librería ‘El mejor lugar del mundo’, en pleno corazón de la plaza Marrón y a escasos metros de lo que se convertirá uno de los accesos principales al nuevo edificio del museo. La responsable del negocio sostiene que el efecto que tendrá un espacio de esas características sobre la calle siempre será «beneficioso» aunque alude a que estará condicionado a las iniciativas paralelas que la administración lleve para dinamizar la zona. Coincide con su testimonio Isidro, encargado de la multitienda Flores, que apunta que «servirá para fomentar que se conozca la calle» pero insiste en que que no servirá de nada si la administración no incorpora la calle a la ruta para los turistas para que la conozcan. «Ahora van de paso», lamenta.

Según las previsiones del patronato del museo y apunta la Junta a este diario, la previsión es que las obras del edificio finalicen a finales de primavera, en junio. Después de que se recepcione la obra, se iniciará la fase en la que la galerista prevé trasladar su colección a la capital cacereña. El proyecto se presentó en el año 2014. Ya en su presentación la previsión era que las obra durarían tres años y que el centro estaría listo en 2017. Dos años después y tras un litigio con el hotel Albarragena, ya se encuentra en sus últimas fases. Precisamente ayer la calle se cortó al tráfico para instalar una acometida de abastecimiento y saneamiento de agua para el edificio. En cualquier caso, y aunque la Junta mantenga que se cumplen los plazos de la obra no detallan la fecha de apertura de las instalaciones.