Al camposanto cacereño apenas le queda un año para agotar su capacidad. El último pabellón funerario recién construido, con 250 nichos, ya ha comenzado a ocuparse y no caben más sepulturas, de modo que también se están asignando las que van quedando libres o las que no se adjudicaron por su excesiva altura. En Cáceres fallecen anualmente entre 500 y 600 personas, por tanto la situación es urgente. De ahí la importancia de las obras que hoy comienzan para la ampliación del camposanto, con 400 nuevo nichos previstos en seis meses. Se trata de la actuación más necesaria de la legislatura, pero también de la más costosa, con 1,4 millones de euros en su primera fase, incluida en las obras del Plan E 2010.

El cementerio actual data de 1.844 y se ha aprovechado hasta el último espacio. Desde finales de los 90 se estudia su ampliación y desde el año 2002 se contemplan partidas presupuestarias para acometer el proyecto, pero sucesivos problemas y escollo burocráticos lo han ido retrasando. También ha sido la última de las 32 obras del segundo Plan E en recibir el visto bueno del Gobierno, incluso ha tenido que intervenir la propia alcaldesa. Despejado el camino, los trabajos fueron adjudicados en agosto a la constructora Senpa, cuya propuesta se impuso sobre otras diez. La empresa ya ha realizado las actuaciones previas (limpieza del solar, replanteo de la obra...) y hoy comenzará el movimiento de tierras con una retroexcavadora y camiones.

La parte nueva del cementerio cacereño (17.695 metros cuadrados, que se unirán a los 35.300 actuales) tendrá un diseño muy novedoso, acogedor, abierto, nada que ver con el aspecto lúgubre que suele caracterizar a los camposantos. Diseñado por un gabinete catalán, incluirá un bosque de la memoria con árboles que brotarán de las urnas ecológicas de cenizas y semillas, láminas de agua donde ciertas urnas podrán diluirse, tejados de hierbas ondulantes sobre los pabellones, una loma para esparcir cenizas, horno crematorio, un edificio administrativo, una nueva entrada y calles amplias para peatones y vehículos colmadas de árboles, zonas verdes, pérgolas vegetales, fuentes... Tendrá un total de 4.948 sepulturas (entre nichos, panteones y tumbas) y 2.438 columbarios. El conjunto costará 5 millones de euros, pero se acometerá por fases.

CAMBIO DE PLANES La primera comienza hoy. Inicialmente estaba previsto que incluyera la urbanización de todo el nuevo recinto y los 100 primeros nichos, pero la escasez de sepulturas ha recomendado cambiar los planes. Por tanto, Senpa construirá 400 nichos y parte de las instalaciones que harán de antesala en la futura entrada, por la avenida Cordel de Merinas. También urbanizará la zona incluida en esta fase. "En principio dará sensación de incompleto, pero debemos hacer previsiones y garantizar un número prudente de sepulturas. La siguiente corporación ya tendrá margen suficiente para continuar construyendo y urbanizando el recinto", explicó ayer el edil de Desarrollo Local, Miguel López.

El tiempo apremia. Desde hace años Cáceres no cumple el decreto de policía sanitaria mortuoria, que obliga a prever una reserva de 850 nichos y a garantizar los enterramientos para 25 años. La primera fase se prolongará seis meses y excederá de diciembre, fecha final del Plan E, pero la obra puede prorrogarse sin problemas hasta junio según aclaró ayer el concejal.