El principal problema de las termitas es que son unos insectos que no advierten de su presencia hasta que ya es demasiado tarde. No son como la carcoma, que también afectan a la madera y que dejan agujeros o serrín allá por donde pasan, sino que las termitas comen sin dejar ni rastro, porque lo hacen en la oscuridad (se introducen en la madera y tapan el orificio para no dejar pasar la luz). Uno se da cuenta de que sus muebles están afectados cuando por casualidad uno se rompe sin explicación. En cambio, sí hay señales de alarma como la presencia de tubos de tierra o barro que cuelgan del techo y que usan para desplazarse, la decoloración del yeso o pladur o la presencia de termitas voladoras que indican que existe un termitero cerca. También, si se golpea la madera y se escucha hueco o se rompe, es una señal de que estos insectos están dentro. Se pueden intentar combatir con tratamientos caseros naturales (protegiendo las zonas con alcohol, ácido bórico, aguarrás,...) pero, si las termitas han anidado, es imposible que se eliminen de esta forma. Se nececesitará un tratamiento con cebos.