"En realidad lo llevo mal". Así define Cristina Sánchez, logopeda, su situación anímica cuando acaba de cumplir el cuarto mes de trabajo sin ver una nómina en su cuenta del banco. "Entré como empleada de Aspace el pasado mes de septiembre y ya en febrero dejé de cobrar", relató ayer visiblemente desilusionada.

El problema de Cristina Sánchez se incrementa porque ni siquiera trabaja a tiempo completo. "Hago algo más de media jornada, de modo que no llego a los 700 euros de sueldo mensual. Además, como mi casa está en Navalmoral de la Mata, me tuve que venir a un piso de alquiler en Cáceres que me cuesta 300 euros todos los meses. Ahora me dirás cómo lo pago después de tanto tiempo sin cobrar", detalla. En su caso todavía puede contar con la ayuda de sus padres, que se han convertido en sus principales pilares mientras se supera el escollo.

Cristina Sánchez recuerda que en Aspace trabajan personas con formación y experiencia que no merecen pasar por estas situaciones. "Cuando nos contrataron no pidieron voluntarios, sino profesionales. Aun así seguimos en nuestros puestos de trabajo", comentó al término de la protesta, mientras regresaba al interior de las instalaciones.