Fernanda Campos es una joven de 20 años que desde el mes de febrero forma parte de los 30 voluntarios que trabajan para el proyecto Servicio acompañados , de la fundación Igualdad Ciudadana.

Ella acompaña a personas mayores a sus citas médicas pa y les ayuda a desplazarse para que no tengan que hacerlo solos: "los recojo en casa y entro en las consultas porque así después puedo explicarles detenidamente cómo y cuándo tienen que tomarse los medicamentos", cuenta Fernanda.

En estos momentos acompaña a las sesiones de quimioterapia a una mujer que padece cáncer desde hace tres años, "siempre está sola porque no tiene familia, solo un sobrino que vive fuera, desde que voy con ella las lleva mucho mejor, debe ser muy triste tener que padecer eso sola. Por eso a mí me quiere un montón", dice.

Y aunque normalmente su labor acaba ahí, en el médico, ella la continúa desde casa "algunos días voy a hacerle una visita o me llama ella para ver cómo estoy, yo lo hago para que sienta que tiene a alguien, intento sacarle cualquier tipo de conversación para mantenerla ocupada porque está todo el día sola en casa, no se mueve de ahí", añade esta joven voluntaria.

"Por ahora tengo tiempo libre y dedicándolo de esta manera siento que lo aprovecho en gente que de verdad lo necesita, y lo mejor de todo es que todo esto hace que me sienta bien, es una sensación extraña", explica. Por eso no entiende porqué existen tan pocos voluntarios en la ciudad "supongo que la gente no se da cuenta de lo gratificante que es todo esto, estas personas son mucho menos egoístas que nosotros, te darían todo lo que tuviesen si de verdad tuvieran algo", dice. Pero si hay algún acompañamiento que Fernanda recuerde de una manera especial, ese fue el caso de un anciano ingresado en el hospital al que cuidaba. "Estaba interno en el hospital porque estaba muy enfermo, ni siquiera hablaba y estaba siempre enfadado porque su familia no estaba allí con él porque tenían que trabajar, bueno, más que enfadado, estaba triste. Intentaba hablarle pero nunca conseguí sacarle ni una palabra, pero eso sí, a veces me sonreía y a mí solo con verles sonreir me pagan lo que hago, ellos solo piden que les des mucho cariño".