Javier Arroyo inauguró La Conce el 31 de diciembre de 1990 y poco a poco conquistó el corazón de mucha ciudadanía cacereña. Ahora celebra su 25 aniversario junto a su actual dueño, Jesús Campuzano, entre fotos de Mercé, Juan Corrales, Niño de la Ribera o Carrillo

Desde el pasado jueves, las paredes del bar La Conce lucen paneles con fotografías de muchas de las personalidades que han pasado por él. Las llevó Javier Arroyo, que inauguró el negocio el 31 de diciembre de 1990 y que ahora celebra sus 25 años juntos a su actual propietario, Jesús Campuzano. "De todos los dueños que ha tenido, Jesús ha sido el único que me llamado para invitarme. Y eso me ha ganado", cuenta a este periódico. "Me vine a Cáceres en el 87. Soy músico, de jazz, y empecé a tocar en muchos sitios, hasta que los pequeños caciques lo hicieron imposible", recuerda irónica Arroyo.

Su aprecio por la hostelería le llevó a dar un paso más y fue la semilla que germinó en La Conce. Javier no tardaría en hacerse notar en la ciudad, donde muchos recuerdan todavía sus famosos gintonics. "La gente no termina de enterarse que se necesita un limón lunero, hielo normal, no congelado, para que no se pierde el gas, y una buena ginebra", describe. Entre cenas y gintonics pasaron grandes personalidades. Desde los cacereños Juan Corrales o Simón 'Niño de la Ribera' hasta José Mercé o Santiago Carrillo. Todos ellos inmortalizados hoy en las paredes del bar.

El jazz enlatado también fue una seña de identidad del local. "Cerraba en verano, que hacía mucho calor, y me iba a trabajar al norte. Conocí a mucha gente en festivales de jazz en Vitoria o en San Sebastián que después venían a visitarme", rememora. Todo cesó en el 98, cuando decidió traspasar el negocio. "Y no recibí nunca una queja o una denuncia. Nunca", remarca satisfecho.

El bar fue pasando de dueño dueño hasta que cayó en manos, durante el julio pasado, de Jesús Campuzano, que desde el principio rondó la idea de organizar una fiesta de aniversario. "Pensé que era mejor hacerla después del verano", dice. El acontecimiento se produjo la noche del pasado jueves y reunió a una gran cantidad de ciudadanía que quiso recordar todos los buenos momentos vividos en el bar de la plaza de la Concepción. "Estuvo a reventar. Fue impresionante", asegura. Pero ya mira al futuro, y ambos, Javier y Jesús, guardan una petición. "Si pudiéramos organizar espectáculos en la calle... Pasa en todas las ciudades de Europa, pero aquí no nos dejan", concluyen.