Los vecinos afectados por los ruidos en Pizarro se llevaron ayer un compromiso bajo el brazo tras la reunión que mantuvieron con el concejal de Seguridad Ciudadana, Rafael Mateos, para abordar la problemática generada en la calle convertida en nuevo referente de la movida cacereña desplazando claramente a La Madrila. "La ley se cumple. No voy a mirar para otro lado", advirtió taxativo el edil en declaraciones a este periódico minutos después del encuentro, cumpliendo así con la contundencia que le habían exigido los afectados. La entrevista se produce una semana después de que un colectivo formado por vecinos, hosteleros, hoteleros, comerciantes y empresarios del entorno enviaran un escrito al ayuntamiento avalado por 40 firmas solicitando ver al concejal. "El bien público está por encima del bien privado, los vecinos, la vida, están por encima de cualquier negocio lucrativo", aseguran unos residentes que dicen estar hartos de los daños colaterales que algunos bares de la calle Pizarro les causan.

Mateos, un tipo paciente, les escuchó con el tono conciliador que caracteriza a uno de los concejales con mayor capacidad de diálogo del equipo de gobierno de Elena Nevado, al que se le ha encomendado la solución de esta crisis que mantiene enfrentados a ambos bandos. Mateos llama al entendimiento, pero no da margen, conocedor de los precedentes de Carmen Heras y Carlos Jurado, alcaldesa y concejal socialista respectivamente, pendientes de procesos judiciales abiertos por los ruidos en el área de la plaza de Albatros. Por eso no quiere columpiarse y aplica la ley. Y la ley no da tregua; de manera que el ayuntamiento se ajustará sin ambages a la norma de Convivencia y Ocio dictada por la Junta de Extremadura en 2003. "Está prohibido consumir alcohol en la calle y eso genera sanciones. Si el local está abierto se multa al local, porque es suya la responsabilidad. Si está cerrado, se multa al viandante", reiteró a este diario el concejal.

"La policía local va a seguir haciendo cumplir la norma y les pido a los hosteleros responsabilidad. Fuera de eso, si se cumple la ley, les digo a los vecinos que hay que ser tolerantes", añadió Mateos. "Pizarro genera mucha afluencia, pero la norma está para aplicarse", apuntó el responsable municipal, que se comprometió con los vecinos de la calle a realizar de aquí a septiembre una estadística de sanciones durante los fines de semana para comprobar el grado de cumplimiento.

Los vecinos salieron satisfechos tras su cita con Mateos. Los afectados hablaron ayer por boca de su portavoz, Pedro Rosado, que definió el encuentro como "muy positivo y constructivo desde el punto de vista de garantizar que se va a cumplir estrictamente la ley y eso concuerda con nuestra posición". Rosado explicó que el colectivo está formado en un 50% por vecinos y empresarios y que no son una plataforma sino que se van a constituir como asociación.

Quieren que se concilie la actividad de los establecimientos de copas con la estabilidad del resto de negocios y de los residentes, y que eso se haga "con el mero cumplimiento de la ley". Subrayan que en Pizarro existe "un problema de ruidos hasta las tres o las cuatro de la madrugada, de utilización de la calle como una prolongación de los locales por el incumplimiento de la normativa".

Sostienen que el ayuntamiento debe "hacer cumplir la ley con todas sus consecuencias. Nosotros no queremos llevarnos ni bien ni mal ni nada. Estaremos encantados de poder compatibilizar nuestra vida con la de los hosteleros porque con el que cumpla no va a haber problemas. No queremos cerrar los negocios de nadie. Somos usuarios de la calle y llevamos en ella bastantes años más que todos los bares juntos. Si usted cumple la norma, nosotros estamos muy contentos", aseveran. Los afectados no quieren personalizar "porque no son todos los bares los que causan problemas y porque para eso están --recuerdan-- los procesos administrativos y judiciales".