La concentración convocada por varios colectivos antifascistas en solidaridad con el menor asesinado en Madrid por un neonazi el sábado, estuvo anoche a punto de degenerar en una batalla campal. La intervención policial, que cargó contra los manifestantes y arrestó a uno de ellos por intento de agresión, evitó un enfrentamiento entre grupos radicales de distinta ideología en el paseo de Cánovas.

Se vivieron momentos de tensión por la presencia de cinco miembros de la extrema derecha, supuestamente integrantes de Democracia Nacional (DN), que obligó a la policía local y Nacional a solicitar refuerzos con urgencia. Participó una treintena de agentes en el dispositivo. Sin embargo, todo terminó en un amago de bronca callejera. Al cierre de esta edición la concentración se había disuelto sin mayores incidentes, pero la policía no descartaba posibles episodios violentos de madrugada.

LA MANIFESTACION El acto se inició a las ocho de la tarde a los pies del bombo de la música y concentró a unas 150 personas. La mayoría eran jóvenes, algunos de estética radical que se cubrían la cabeza y la cara. Pancartas con lemas como Carlos somos todos, ni olvido ni perdón o Ninguna agresión sin respuesta, sangre por sangre colgaban de las barandillas con las enseñas de Brigadas Antifascistas (BAF del Suroeste), CNT o Juventudes Comunistas.

Tras gritar algunas proclamas antifascistas, el grupo protagonizó una pequeña marcha pacífica hasta el paseo de Calvo Sotelo regresando al punto de partida. De vuelta en el bombo se produjo el conato de disturbios. La Policía Nacional había detectado la presencia de los ultraderechistas y, para evitar el choque, los aisló al otro lado de la calle junto a las Hermanitas de los Pobres.

SACADOS EN FURGON Cuando los antifascistas descubrieron su presencia, comenzaron a increparles y a insultarles llamándoles "¡asesinos! ". La policía local formó un cordón de seguridad entre ambos grupos. Ante el riesgo de graves enfrentamientos, la Policía Nacional decidió trasladar a los jóvenes de extrema derecha en un furgón policial. Fue en en ese momento cuando los manifestantes se avalanzaron hacia el furgón arrojando uno de ellos un atril de hierro del bar del bombo hacia la policía.

Los agentes municipales tuvieron que cargar contra los manifestantes para repeler la agresión e impedir consecuencias mayores. Fueron escasamente dos minutos que generaron una gran tensión y confusión, aunque no se registraron heridos.

El concejal y primer teniente de alcalde, Santiago Pavón, que estuvo presente --también acudió el concejal socialista Miguel López-- pidió a la policía local que no cargara contra los concentrados y a estos, que se disolvieran. Varias dotaciones de municipales persiguieron al joven que arrojó el atril y lo detuvo minutos después. Otro grupo de manifestantes corrió hacia los Múltiples donde el furgón había trasladado a los jóvenes de extrema derecha. Hubo otro conato de choque sin consecuencias.

Los manifestantes, en un número más reducido, terminaron en la plaza Mayor. Allí comenzaron a increpar y a insultar a la policía, que no respondió a sus provocaciones. Desde la plaza, otro medio centenar de jóvenes --con la discrepancia de otros-- se encaminó hacia la calle Barrionuevo, donde Democracia Nacional tiene desde hace varios meses un local de reunión. Sin embargo, tampoco ocurrió nada. El grupo se disolvió pasadas las diez de la noche.