Sabina se cae del cartel y no cantará el próximo verano en el hípico. Las negociaciones del ayuntamiento con los promotores Angel Romero (A Vallekas Producciones) y Manuel Sánchez (Limac) para cerrar un concierto de la gira Vinagre y rosas el 6 de julio se dan por finalizadas tras considerar que la fecha elegida no era la idónea al coincidir con un martes. Sin embargo, a esta mala noticia se unió ayer otra buena: el argentino Coti sí ofrecerá un concierto el domingo 16 de mayo en el Gran Teatro.

"Era muy arriesgado hacerlo ese día", sostuvo ayer la concejala de Cultura, María José Casado, escaldada tras el fracaso de público con Juanes hace un par de años en unas fechas similares. Con el calendario de la gira sin fines de semana libres y el obstáculo del concierto que ofrecerá Sabina el próximo 12 de junio en Badajoz, el gobierno local y los empresarios han optado por no dar el paso, aunque aún quedaría una posibilidad remota en caso de que se cayera alguna de las citas ya confirmadas siempre que fuera en sábado.

8.000 PERSONAS Pero lo cierto es que el cantante de Jaén no volverá a pisar el hípico, tras el último concierto que ofreció en agosto del 2007 junto a Serrat ante 9.000 espectadores en el recinto. Romero indicó ayer que la fecha que se barajó desde el principio no garantizaba una afluencia masiva ya que, según los cálculos de la organización, el objetivo era reunir esa noche al menos a 8.000 personas. "No estábamos jugando a un caballo que fuera lo suficientemente ganador", aseguró el promotor, que dejó claro que la producción y el caché se disparaban a 160.000 euros. Solo para el montaje del concierto se necesitaban 40 profesionales.

La concejala María José Casado añadió que el ayuntamiento estaba dispuesto a ceder el recinto, como ha venido haciendo en anteriores ocasiones, y a buscar fórmulas para aportar 20.000 euros al evento. El riesgo lo asumían los promotores, que habían calculado inicialmente que el coste de la entrada rondaría los 35 euros.

En cualquier caso, el ayuntamiento y los empresarios coincidieron en que ni siquiera se llegaron a fijar cantidades definitivas porque antes se optó por descartar la fecha ante el peligro de un pinchazo. Romero, realista ante las dificultades de atraer al público un día entre semana, puso el ejemplo más gráfico: "Si lo hacemos un martes y acabamos de madrugada, a ver quién viene de los pueblos si tiene que levantarse al día siguiente a las siete", aseguró el promotor.