La Sala Segunda de la Audiencia Provincial ha condenado a Agustín Manuel B. R., de 54 años, a una pena de cinco años de prisión por vender cocaína en el bar Los Pícaros, en el que ejercía funciones casi de encargado, según una sentencia hecha pública ayer.

El tribunal ha imputado al procesado un delito de tráfico de droga que causan grave daño a la salud, con el agravante de aprovechar para este negocio ilícito el "parapeto", dice textualmente el fallo judicial, de un establecimiento abierto al público de forma legal. A pesar de ello, el tribunal le rebaja la pena en un grado al considerar como atenuante muy cualificada su drogadicción y larga dependencia a diversas sustancias tóxicas que "alteran sus facultades volitivas".

El condenado, que carece de antecedentes penales, fue detenido el 11 de octubre del 2006 por agentes de la Brigada de Estupefacientes de la Policía Nacional. Esta unidad había montado un dispositivo de vigilancia sobre el local tras conocer que en él se traficaba con cocaína.

Dos agentes se hicieron pasar por clientes y comprobaron que el imputado servía papelinas a cambio de dinero al final de la barra. Otros agentes de la brigada, que vigilaban el local desde la calle, consiguieron interceptar a dos de los compradores que han sido testigos en el juicio contra el traficante, al que identificaron como su distribuidor. Uno de ellos intentó desdecirse de las declaraciones anteriores sin que el tribunal diera crédito a su nueva versión.

La defensa del procesado trató de probar que su defendido no era el encargado del establecimiento. Sin embargo, el tribunal entiende, en base a la declaración de los propios camareros, que sí realizaba estas funciones puesto que eran las mismas que desempeñaba el propietario del local, que era además su cuñado. El dueño del bar se encontraba de baja por enfermedad cuando ocurrieron los hechos.

El condenado llevaba al menos seis meses distribuyendo cocaína en el local cuando fue detenido, según los hechos que considera probados el tribunal. Cuando fue arrestado, solo se le intervino un gramo de marihuana y una china de hachís, aparte de las dos papelinas de sus clientes, sin embargo sí se hallaron en la cocina del bar útiles para la preparación de las papelinas.