El Juzgado de lo Penal ha condenado a Mario J. P. a 70 días de trabajos en beneficio de la comunidad --en caso de no ser aceptados se computarían por nueve meses de prisión-- y a no aproximarse a su pareja a menos de 200 metros y no comunicarse con ella durante dos años por un delito de amenazas continuadas.

La sentencia considera probado que el acusado estuvo casado con María Isabel M. M. desde el 2001 al 2005, divorciándose al año siguiente. Fruto de esta unión nació una niña, que tenía seis años cuando la mujer denunció las amenazas. Aunque habían reanudado la relación, el juez expone que, "de modo reiterado y en el marco del conflicto que ambos mantenían", el ahora condenado profirió en diversas ocasiones contra la mujer "expresiones de carácter injurioso" como "eres una puta, no paras de meter hombres en casa".

Tras cesar la convivencia, continuó lanzando expresiones "de contenido amenazante" tales como que "iba a perder a la niña, que se la iba a quitar, que no la iba a matar pero que la iba a hacer sufrir mucho". La situación de enfrentamiento, expone la sentencia, se reflejaba en la interposición de numerosas denuncias por ambas partes y desacuerdos a propósito de las horas de recogida.