Ha estado quince años en prisión por violar a dos mujeres en Cáceres en el año 2002. El hombre llegó a ser conocido como el ‘violador de La Madrila’el ‘violador de La Madrila porque ambas agresiones ocurrieron en esta zona de la ciudad. Acaba de salir de la cárcel de Topas, en Salamanca, donde ha cumplido la condena, pero presuntamente ha vuelto a reincidir. Según ha podido confirmar este diario fue él quien presuntamente atacó por detrás a una joven la noche de Nochevieja en la plaza Marrón. Actualmente se halla en libertad.

Tal y como adelantara este periódico los hechos ocurrieron sobre las seis de la mañana del día de Año Nuevo. La joven, de unos veinte años, se marchaba a su casa tras haber salido esa noche cuando fue atacada por detrás por un hombre, concretamente en la calle Hernando de Soto. Le realizó tocamientos aunque no logró llegar a más porque aparecieron varios jóvenes por la zona y huyó. Los hechos fueron puestos en conocimiento de la Policía Nacional que montó un dispositivo para localizar al agresor. Fue detenido después en el paseo de Cánovas. Fue puesto a disposición judicial y se ordenó su ingreso en prisión, en cambio salió de la cárcel día 14 de enero, con la obligación de personarse en el juzgado los días 1 y 15 de cada mes.

ALARMA EN LA CIUDAD

La situación ha provocado una gran alarma en la ciudad. Desde el pasado lunes circula por las redes sociales un mensaje en el que se difunde su imagen y un texto donde se alerta de lo sucedido. El presunto agresor ya ha cumplido la condena por las dos violaciones del año 2002. Sin embargo, tras salir de prisión y volver a la capital cacereña, su ciudad natal, presuntamente ha vuelto a reincidir.

Las violaciones del año 2002 ocurrieron a principios de año. Según publicó entonces este diario reconoció los hechos, perpetrados el 10 de enero y el 1 de febrero en la zona de La Madrila. La primera fue a una mujer que entonces tenía 24 años y la segunda a otra que tenía 52. En ambos casos el agresor, que entonces tenía 24 años, las abordó por la espalda y con amenazas y por la fuerza les obligó a hacerle una felación, dejándolas marchar tras eyacular.

Su detención se produjo dos meses después y fue posible gracias a la primera de sus víctimas, que al reconocerle tomando una copa en un bar avisó a la policía.

En sus dos primeras declaraciones negó los hechos, pero después reconoció haberlas violado, alegando que había consumido un gramo de cocaína. Fue condenado finalmente a 15 años de prisión (a siete años por cada delito de violación y a un año por un delito de lesiones).

Tuvo que indemnizar además a cada una de las víctimas con 30.000 euros. En el juicio las acusaciones particulares solicitaban 27 años de cárcel y el Ministerio Público una condena de 20 años de prisión.