Dos ganaderos de la localidad de Villamiel han sido condenados por el engorde ilegal de animales. El Juzgado de lo Penal de Plasencia ha declarado a Eusebio G. G., de 44 años, y su hermano Julián G. G., de 52, culpables de un delito contra la salud pública por el que condena a cada uno de ellos a un año de prisión, una multa de 2.190 euros y la inhabilitación especial para el ejercicio de la actividad ganadera durante tres años.

Las actuaciones contra los ahora condenados se iniciaron el 20 de diciembre de 1999 tras la denuncia presentada por la Guardia Civil ante el Juzgado de Instrucción número 2 de Coria. "Y de las pruebas practicadas resultaron acreditados" los hechos, constitutivos de delito, por los que han sido condenados.

Todo ocurrió, según recoge la sentencia del Juzgado de lo Penal como hechos probados, en las explotaciones ganaderas de la familia de los acusados, situadas en la zona conocida como Fuente Piojo, del municipio de Villamiel, a raíz de una inspección que el 27 de octubre de 1999 realizaron técnicos del Servicio de Sanidad Animal de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta.

En esta inspección, como consecuencia de la toma de muestra aleatoria efectuada sobre una de las vacas, "se obtuvo un resultado positivo en la matriz de orina y pelo a uso de sustancias prohibidas, en concreto clembuterol, sustancia que había sido administrada de común acuerdo por ambos procesados".

ACTUACION Tras la inspección, añade la sentencia judicial, los dos acusados, de mútuo acuerdo, procedieron a la venta inmediata de la res analizada y de otras 49 más de la misma explotación. Las sacrificaron en un matadero el día 16 de noviembre y se las vendieron a una empresa que, a su vez, las facturó a otra para su distribución en carnicerías de Portugal y comercialización para consumo humano.

Esta rápida actuación de los procesados "determinó que la nueva inspección efectuada por la Guardia Civil y el Servicio de Sanidad Animal el 20 de diciembre de 1999, que había sido acordada por auto del Juzgado número 2 de Coria con la finalidad de tomar muestras en todas las reses y proceder a su inmovilización, se viera frustrada".

Pese a ello, Eusebio y Julián G. G. han sido condenados por un delito contra la salud pública, pues el clembuterol, que usaban para el engorde de las reses, es en general peligroso para quienes consuman estas carnes, ya que causan reacciones adversas y de diferente gravedad.