La Audiencia Provincial ha condenado a 12 años de prisión a una pareja de rumanos, un hombre y una mujer, que obligaron a prostituirse a dos jóvenes compatriotas en un local de alterne de Plasencia, La Torre, a las que trajeron engañadas desde su país con una promesa de trabajar como bailarinas y que después tuvieron prácticamente secuestradas, según una sentencia. Además, tendrán que pagar una multa de más de 17.000 euros cada uno, cuyo impago se compensará con pena de prisión.

Las dos jóvenes víctimas de estos proxenetas, que no llegaron a declarar ante el juicio al estar en paradero desconocido, llegaron a España el 6 de julio del 2007. Un día después de su llegada y traslado a Plasencia, los dos condenados les informaron que tendrían que prostituirse y entregarles el 50% de lo que ganaran, además de pagar por el alojamiento y otros gastos en el club.

VICTIMAS Sin opciones para escapar, según el tribunal por carecer de dinero y no conocer el idioma, aguantaron hasta el día 15 de julio. Durante ese tiempo fueron controladas y vigiladas cuidadosamente por la hoy condenada, con la que compartían incluso la habitación para dormir. Siempre que salían lo hacían en compañía de alguno de ellos.

Un día antes, el 14 de julio, una de las chicas le contó su situación a un cliente, de nacionalidad también rumana, y le pidió ayuda para escapar informándole que la obligaban a prostituirse y que no le dejaban marcharse.

Este atendió su solicitud y planearon la huida para el día siguiente, que iría a buscarlas a primera hora al club y las esperaría en la puerta. Una de ellas lo consiguió, aunque la otra fue retenida en el último momento por la inculpada.

LA HUIDA La que logró escapar, acabó cogiendo un autobús en Trujillo y consiguió llegar hasta Zaragoza. La chica que se quedó en Plasencia fue trasladada al domicilio del procesado para evitar que fuera localizada por la policía, por lo que fue retenida, según la sentencia.

La mujer consiguió contactar con su amiga a través del teléfono móvil y contarle dónde se encuentra, por lo que la amiga, al temer por su vida, denunció la situación en Zaragoza, activándose después un dispositivo policial para detener a los implicados. El hombre fue interceptado en su vehículo, en la carretera de Avila, dirigiéndose en busca de la joven huida. En el coche viajaba también su amiga a la que utilizaba el hombre para intentar localizar a la otra mujer.

El tribunal ha absuelto a un tercer acusado, también rumano, al entender que no estaba suficientemente acreditada su implicación en el negocio ni de forma activa ni de forma directa.

A los dos condenados se les considera culpable de dos delitos de prostitución, por lo que se les impone dos años de prisión por cada uno, y otros dos delitos de detención ilegal, por los que se les castiga a cuatro años de cárcel por cada uno.

Las dos víctimas declararon durante la instrucción de la causa que habían llegado a España para trabajar como bailarinas y que en ningún caso habían sido prostitutas en su país. Al llegar descubrieron que sí tenían trabajo pero como prostitutas en Plasencia y que, además, habían contraído una deuda por el viaje que debían saldar con su cuerpo y contra su voluntad.