La Audiencia Provincial de Cáceres ha condenado a Clemente Perales Berrocal, propietario del bar Gringo de la capital cacereña, a seis años y un mes de prisión por un delito contra la salud pública, con la concurrencia de la circunstancia agravante de reincidencia. Además, se le condena al pago de una multa de 1.800 euros.

El tribunal considera probado que el procesado, condenado con anterioridad, por sentencias firmes de 6 de julio de 1993 y 16 de noviembre de 1994, a penas superiores a cuatro años de prisión por delitos de tráfico de drogas, es autor criminalmente responsable de un nuevo delito contra la salud pública perpetrado en enero del pasado año 2002.

INTERVENCION

Según consta en la sentencia, tras investigaciones realizadas por funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, el 21 de enero del 2002 dos agentes accedieron al citado local de copas donde estaban el procesado, propietario del mismo, y F. J. C. V., conocido por los agentes por ser consumidor de cocaína, heroína y hachís.

"Ante la actitud nerviosa del procesado", se indica, los agentes le invitaron a salir de detrás de la barra y en un cacheo superficial le encontraron 385 euros y 19.000 pesetas.

El propietario del establecimiento --continúa la sentencia-- negó, a preguntas de los agentes, que tuviera en su poder sustancia estupefaciente alguna. Fuera ya del local, uno de los agentes observó cómo el procesado "introducía la mano dentro del pantalón del chándal, a la altura de los genitales, y arrojaba al suelo un envoltorio que se comprobó contenía 6,82 gramos de cocaína. Posteriormente, y de nuevo en el interior del local, "tras las manifestaciones voluntarias del procesado", se localizaron dentro de un vaso dos paquetes con 134,20 gramos de hachís.

Concluye la sentencia que la droga "la poseía el procesado para su venta a terceras personas, no habiéndose acreditado que lo hiciera a clientes del bar y en los horarios en que éste estaba abierto al público".