"Estoy encantado, pues además de haber conseguido un trabajo estoy haciendo algo que realmente me gusta, y mucho". Guillermo Iglesias, que llevaba un año en paro y reconoce que por esta situación se encontraba ya algo deprimido, señala que haber sido uno de los seleccionados "ha supuesto para mí una inyección de ánimo muy importante".

Con 42 años y después de tantos meses en paro, dice, "empezaba a estar un poco desesperado, pero ahora estoy muy animado, pues tener este trabajo hace que vuelva a sentirme válido y me dignifica como persona".

Ya tenía experiencia cuidando ancianos, por lo que el trabajo que ahora tiene que realizar, el cuidado personal de dos ancianos y las tareas doméstica para una anciana, "no me supone ningún esfuerzo, sino todo lo contrario, es algo que me hace sentir francamente bien".

Y es que por su experiencia sabe que atender a ancianos es un trabajo "muy gratificante", que te hace sentir muy bien, "porque son tan agradecidos que te hacen sentir que tienes mucho que dar, que con pequeñas cosas les puedes dar mucha calidad de vida"; y con el que además recibes mucho, "pues las personas mayores te aportan infinidad de cosas, como cariño, afecto..., además de experiencia y consejos".

Es por todo ello que Guillermo, que vive con su madre, ya jubilada, y su hermana, afectada por una minusvalía y a la que también él es el encargado de atender, reconoce que aunque en lo primero que pensó y por lo que se sintió feliz cuando supo que era uno de los seleccionados fue en que "por fin tenía trabajo" y "en el dinero que ello me iba a aportar", también se alegró, asegura, "porque sé lo mucho que puede llenar a una persona el trabajo con mayores, a mí al menos me aporta muchísimo".

Tanto, añade, que no descarta seguir dedicándose a ellos, aunque quizás no en Cáceres "porque no desecho la idea de volver al extranjero, donde ya he pasado muchos años".